Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), perteneciente al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, un hogar español gasta unos 10.521 KWh al año y de ese consumo aproximadamente la mitad se gasta en calefacción.
En términos monetarios eso equivale a más de 350 euros por hogar anualmente e incluso, en el caso de los chalet independientes, donde se consume mayoritariamente gasóleo C, puede alcanzar los 540 euros. Pero este gasto se puede incrementar fácilmente si no se logra un buen aislamiento de la vivienda, si no se optimiza el uso de los radiadores o se compensa la pérdida de calor con estufas eléctricas.
La zona donde está situada la vivienda, el aislamiento y hasta cuantas personas residen en ella, factores clave a la hora de escoger el tipo de calefacción más adecuado ya que por cada grado que nos pasemos incrementamos el consumo en un 7%.
La Unión Europea está implantando medidas extraordinarias para reducir el consumo de las calefacciones centrales, obligando a los países comunitarios a garantizar que los edificios dispongan de dispositivos de medición individuales antes del 31 de diciembre de 2016. Este sistema implica un ahorro medio de 224 euros por hogar y la disminución de 2,4 millones de toneladas de CO2 al año, según un estudio realizado por la Universidad de Alcalá.
A continuación os mostramos algunas claves para lograr un consumo eficiente de la energía destinada a calentar nuestros hogares:
1. Comprobar que no existen fugas de energía en ventanas y puertas exteriores. De haberlas, instalar burletes y cintas de material aislante para ajustarlas.
2. Revisa el aislamiento. Entre el 25 y el 30% de las necesidades de calefacción de un hogar se deben a pérdidas de calor que se originan en las ventanas, según los datos del IDAE. Por ello, es necesario comprobar que la vivienda cuenta con sistemas de aislamiento adecuados que no dejen entrar el frío. Puedes reforzar el aislamiento térmico de las paredes, suelos o techos a través del estuco sintético para reducir filtraciones de aire. En su defecto, también se pueden utilizar soluciones más sencillas como pinturas que reflejan la luz y consiguen mantener el calor. La colocación de alfombras permite reducir la pérdida de calor por el suelo. Además, los aislantes detrás de los zócalos son una buena manera de evitar fugas y mantener una sensación térmica ideal.
3. Es importante bajar las persianas durante la noche y aprovechar al máximo las horas de sol dejando entrar los rayos a través del cristal de la ventana durante el día.
4. Ventilar bien la casa para evitar la acumulación de gases y humedades, tanto en invierno como en verano. Con 10 minutos es suficiente para renovar el aire de una habitación. Si nos pasamos de tiempo podemos enfriar en exceso la vivienda y por tanto tener que gastar más calefacción para recuperar una temperatura agradable.
5. Extraer el aire de los radiadores. Purgar o sacar el aire a los radiadores es necesario al menos una vez al año, cada vez que comienza el invierno, ya que suelen acumular pequeñas burbujas de aire que impiden el paso del calor y, por tanto, no calientan con toda la potencia necesaria.
6. No cubrir los radiadores. Colocar un mueble demasiado cerca o poner ropa húmeda encima para que se seque más rápido no es recomendable si queremos sacar el máximo partido a nuestra calefacción. El consumo será mayor y también la factura.
7. Mantener una temperatura de confort. Las subidas fuertes de temperatura provocan un gasto extra, 21 grados son suficiente para calentar un hogar. Recuerda que tener calefacción en casa no implica que parezca verano, es mejor ponerse un jersey que llevarse un susto con la factura. Con un termostato te resultará más sencillo mantener una temperatura óptima durante todo el día y ahorrarás entre un 8 y un 13% en tu consumo.
8. Programar el encendido. Si solo estás en casa unas horas al día dejar la calefacción encendida aunque sea a baja temperatura no sale rentable. La mejor opción es programar su encendido una hora antes de que llegues a casa, por ejemplo, así estará caliente sin gastar de más.
9. No calentar las habitaciones vacías. Para no derrochar en consumo cierra la llave de los radiadores de las habitaciones que no utilices, si no lo haces aumentarás tu gasto de forma innecesaria.
10. Apagar la calefacción por la noche y baja la temperatura si sales de casa. Salvo en casos de frío extremo, no es necesario mantener la calefacción por la noche y nos permitirá reducir el gasto de forma considerable. Por otro lado, si vamos a salir unas horas podemos bajar la temperatura a 15 grados para mantener el nivel de confort.
11. Cambia tu caldera por una de bajo consumo. Si es el momento de cambiar tu caldera valora la posibilidad de hacerlo por una más eficiente, como las de cogeneración. Aunque suponen una inversión mayor, la reducción del consumo y del importe en tu factura merecerá la pena a la larga. Comprueba si en tu comunidad existe actualmente un plan Renove de calderas y benefíciate de las ayudas disponibles.
12. Revisar la caldera. Un buen mantenimiento permitirá que tu caldera funcione con el máximo rendimiento y evitará que se produzcan problemas importantes en el futuro. Algunas compañías incluyen en el contrato el servicio de mantenimiento de forma gratuita, recuerda realizarlo una vez al año para evitar sorpresas.
13. Comparar ofertas. Una de las mejores formas de ahorrar es comparar las diferentes ofertas que ofrece el mercado y elegir la que mejor se ajuste a tus hábitos de consumo. A la hora de contratar tu tarifa, ten en cuenta que algunas compañías incluyen de forma gratuita servicios como el mantenimiento o el servicio de reparaciones, lo que te puede permitir ahorrar una cantidad considerable al año.
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