Una bomba en Siria
Sami tiene 12 años y nació en Enkhil, Siria. Cuando tenía 10 años perdió ambas piernas a causa de un bombardeo Estaba jugando con sus primos haciendo un muñeco de nieve cuando cayo la bomba: todos resultaron heridos. Sami fue trasladado al hospital más cercano donde estuvo 2 días ingresado y le limpiaron las heridas. Luego fue trasladado a Palestina para poder ser sometido a cirugías y recibir tratamiento. Pasados dos meses, volvió a Siria para reunirse con su familia y trasladarse todos a Jordania. Sami lleva un año ingresado en un centro médico de Ammán donde recibe atención psicológica y fisioterapia. Cada 15 días visita a su familia ,padres y dos hermanos, que viven en el campo de refugiados de Zaatari.
Sami era un niño muy activo y muy buen estudiante, le gustaban los deportes, nadar y jugar al fútbol. Ahora es un niño triste y tímido. No puede correr ni asistir a la escuela. Su vida se ha centrado en su tratamiento médico terapéutico. Pero está aprendiendo idiomas, francés e inglés, ha hecho nuevos amigos y sus sueños todavía persisten. Esta cirugía le permitirá llevar prótesis y mejorar su calidad de vida..
En el mes de mayo Global Humanitaria consiguió traer a otro niño sirio refugiado en Jordania, para operarle en Madrid y mejorar su movilidad. Wissam perdió una pierna también en un bombardeo y tras su operación en el Hospital 12 de Octubre, volvió a Ammán y sigue su rehabilitación en Jordania a la espera de empezar a ir al colegio,.
( ver noticia relacionada Wissam regresa a Jordania con su familia)
Imagien: Sami antes de la cirugía y en el hospital, junto a personal de nuestra contraparte.Al Mahd for training and social development (Global Humanitaria)