En septiembre se cumplen 5 años desde que los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptaron por unanimidad la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la que trazaron 17 objetivos para “Transformar nuestro mundo”. Todos los participantes estaban conscientes del desafío que acababan de sellar. La ilusión de transformar sistemas financieros, económicos y políticos con el fin de garantizar los derechos humanos requieren una actitud activa con sentido de urgencia por parte de los gobiernos.
¿Cómo vamos?
A pesar de que el último informe anual de la ONU sobre los avances en esta materia evidencian que no estamos avanzando al ritmo necesario, nos da esperanza en ámbitos como: “disminución de la proporción de niños y jóvenes que no asistían a la escuela, la incidencia de muchas enfermedades transmisibles estaba disminuyendo, mejoras en el acceso al agua potable con una gestión segura y estaba aumentando la representación de la mujer en las funciones directivas”.
¿A quiénes podemos destacar?
Cada año la ONU mide las iniciativas que los estados realizan en favor del cumplimiento de los ODS, de esta manera, en una escala de 0 a 100, son calificados según sus iniciativas en términos globales.
Según el último reporte entregado este 2020 los tres primeros lugares lo tienen Suecia (84.7); Dinamarca (84.6) y Finlandia (83.8), en tanto en Sudamérica, el primer país que destaca es Chile (77.4). Es un hecho que los países nórdicos llevan la delantera, pero esto no es al azar, la cooperación mutua ha hecho esto posible. Existe el Programa de Cooperación Nórdico (Dinamarca, Finlancia, Islandia, Noruega y Suecia), que identifica las problemáticas de interés común, analiza soluciones en conjunto y activa una red de actores para su solución, este trabajo articulado es la clave de su éxito.
¿Qué hicieron?
En primer lugar, los países nórdicos, dando cátedra de su poder de organización y cooperación, crearon la Generación 2030, estableciendo como objetivo central el ODS 12 “Consumo y producción sostenible”. Desde allí, impulsaron iniciativas como la neutralidad de carbono, elecciones de consumo consciente en favor del cuidado del clima, desarrollo de información para la comunidad pudiera elegir de manera más sustentable. Una muestra de ello es la creación de la etiqueta Nordic Swan Ecolabel o, Cisne Nórdico, certificación muy estricta en estándares medioambientales. Adicionalmente, crearon el programa LOOP que busca apoyar la innovación de emprendedores impulsando la economía circular.
Para estos países no todo se trata del medioambiente, sino que su cultura con una democracia sólida crea las bases del diálogo y visión de futuro, capaces de anticiparse y adaptarse a los cambios que se requieren.
De esta manera, solo me queda agregar que no importa qué tan brillante pueda ser una idea para abordar los ODS, sino que lo relevante es saber planificar y lograr la cooperación transversal.