Los aparatos tecnológicos logran hacernos mucho más fácil nuestra vida en el día a día, sin embargo, no debemos olvidar que todos estos dispositivos emiten radiaciones en nuestro hogar. Y debemos protegernos de sus efectos.
Las ondas electromagnéticas que emiten muchos de los dispositivos que tenemos en casa: microondas, teléfono móvil, televisión… pueden afectar a nuestro organismo. De hecho, según varios estudios los campos electromagnéticos pueden llegar a producir: alteración en el sueño, dolores de cabeza e irritabilidad, trastornos dermatológicos, alteraciones en la frecuencia cardíaca, etc.
Por ese motivo, es conveniente tomar ciertas medidas preventivas en aquellas zonas donde se pasa más tiempo, especialmente si hay niños o personas sensibles (enfermos, ancianos, etc.) en la vivienda:
Medir el nivel de radiación de tu hogar: conocer las ondas que hay alrededor de tu hogar, al igual que en el interior, te puede ayudar para saber cómo reducirlas y adoptar las medidas adecuadas. Hay aparatos que se encargan de hacer las mediciones, pero también puedes confiar en un profesional que lo haga.
Cuidar la calidad de tu sueño: intenta evitar, en la medida que sea posible, los aparatos eléctricos en el dormitorio, sobre todo, cerca de la cama. Eso incluye el teléfono móvil por descontado. No olvides que las pantallas de los móviles emiten luz azul (de corta longitud de onda) que reduce la producción de melatonina de nuestro cuerpo. Y, en lugar de un despertador eléctrico, prueba con uno que funcione a pilas.
El teléfono móvil con moderación: no hay que llevarlo demasiado pegado al cuerpo, usar auriculares o manos libres para conversaciones largas (más de 15 minutos) y evitar, en la medida de lo posible, la proximidad con las antenas y torres.
Desconectar el wifi por las noches: para no tener el router encendido emitiendo ondas, ya que no lo vas a necesitar. Apágalo antes de ir a la cama y descansarás mucho mejor. No te olvides de desconectar/desenchufar otros dispositivos que tampoco necesites. El modo stand by supone un gasto de energía.
Usar teléfono por cable es más saludable que un inalámbrico. Y lo mismo se aconseja en el caso de Internet. Podemos optar por cables de 15 o 20 metros para movernos sin problemas y, en caso de que sea inviable esta instalación, elegir los modelos eco-dect de teléfono inalámbrico siempre nos evitarán una emisión continua de ondas durante las 24 horas del día.
Precauciones con los electrodomésticos: a la hora de comprar un nuevo electrodoméstico, fíjate en que respete las normas FCC y que sea de los que emiten menos radiaciones. Además, hay que tratar de exponerse a sus ondas el menor tiempo posible (cuanto más lejos, mejor). Es decir, que no nos pongamos a esperar delante del microondas mientras esté en funcionamiento, aunque solo sea un minuto. no esperes delante de él mientras esté en funcionamiento, aunque sea solo para un minuto. Lo mejor es escoger pantallas TFT – LCD en lo que respecta a los ordenadores y la televisión, ya que son las que emiten menor radiación.
Una iluminación más saludable: las bombillas LED no contienen mercurio y además no emiten radiación UVA, por lo que son una opción segura y además ahorran energía.
Apuesta por lo natural: al contrario que los productos sintéticos, los materiales naturales contribuyen a reducir la carga electrostática en el interior de casa. La presencia de elementos protectores como persianas, contraventanas y cortinas, así como unas ventanas que realmente sean aislantes del exterior, como las de PVC, también ayuda a mitigar los efectos perjudiciales de los campos electromagnéticos generados por las redes eléctricas e inalámbricas.
El entorno de la vivienda: aunque no siempre es fácil, lo ideal es que ésta no se encuentre cerca de líneas de alta tensión, transformadores eléctricos, antenas de telefonía móvil, antenas Wi-Fi, radares o repetidores de televisión y radio.
Confiamos en que con estas recomendaciones que incluyen algunos pequeños cambios de hábitos, tu vivienda sea más saludable y segura tanto para ti como para los tuyos.