Originario de Etiopía, su consumo se extendió por occidente gracias a la influencia del imperio otomano, en donde se estableció la primera cafetería en el siglo XV, pasando luego a Venecia y de allí al resto del mundo. Brasil es el principal productor mundial, seguido de Colombia y Vietnam.
La bebida tiene ese delicado equilibrio entre aroma, cuerpo, amargor, dulzor y acidez donde ninguno domina al otro así como es regusto que deja en el paladar las notas de tostado, afrutado o acaramelado.
La cafeína es quizás su componente más importante y conocido, es un alcaloide que tiene propiedades psicoactivas, es decir, estimulante del sistema nervioso. Y es por este componente al cual se le atribuye el carácter adictivo del café. Sin embargo, nosotros lo que tomamos normalmente es la infusión, por lo que la concentración de cafeína en ella es relativamente baja. Con lo que 4 a 5 tazas de café al día no superan los 400 mg de cafeína, la cual es la ingesta diaria máxima recomendada.
Lo cierto es que la cafeína presente en las infusiones nos mantiene en estado de alerta, con lo que desempeñamos mejor nuestras tareas, pues activa la agilidad mental y disminuye la fatiga. El café acelera la actividad cerebral, debido a que favorece la liberación de los neurotransmisores dopamina y norepinefrina.
Al café se le ha atribuido propiedades como quemar la grasa corporal debido a que contiene una sustancia llamada paraxantina, que contribuye a la lipólisis de las grasas. Sin embargo, su concentración es tan baja en las infusiones que realmente no tienen una función relevante en este aspecto. En conclusión, el café no sirve para adelgazar.
Otro beneficio que se le atribuye es la de ser diurético, pero esta condición solo se presenta en aquellas personas que no son tolerantes a la cafeína.
Al café se le ha objetado sus propiedades adictivas, gracias a que la cafeína genera dependencia. Sin embargo esto no es así, por las cantidades relativamente bajas de esta sustancia en las infusiones, por lo que las personas mantienen una cantidad estable de consumo, no se da el caso típico de los adictos que siempre requieren una dosis cada vez mayor del estimulante.
Una taza de café después de una comida copiosa como el almuerzo favorece la digestión, puesto que la cafeína aumenta la secreción ácida en el estómago
En el café están presentes elementos nutricionales como algunas vitaminas y minerales así como antioxidantes. Se le atribuyen además la capacidad de prevenir la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Párkinson o el Alzheimer, igualmente reduce el riesgo de padecer diabetes tipo II. La realidad es que no existen estudios concluyentes, sino que estas aseveraciones se basan en estadísticas realizadas en pacientes, lo que permite establecer relaciones entre el consumo regular del café y la no aparición de estas enfermedades. El consumo de café es beneficioso para las personas que sufren de cirrosis hepáticas dado el efecto protector que tiene la cafeína sobre el hígado.
Los problemas que puede ocasionar el café, más que nada están en la dosis que se consuma y los casos en los cuales su consumo no es recomendable. La cafeína es un factor de riesgo para la disminución del calcio en huesos, ya que por un lado afecta la absorción a nivel intestinal y por el otro la aumenta su excreción a través de la orina. De acuerdo a estudios clínicos, el café podría potenciar este problema especialmente en mujeres postmenopáusicas solo si se sobrepasan los 300 mg diarios de cafeína, sin embargo, esto puede ser compensado si se consume suplemento de calcio.
En el caso de pacientes que sufren de problemas estomacales, acidez crónica, gastritis, entre otros, el consumo de café está contraindicado. También para el caso de personas con glaucoma debido a que aumenta la presión intraocular. No recomendable para aquellos que sufren de trastornos de sueños debido a que potencia el insomnio.
No tires los residuos que quedan luego colar la bebida. Estos pueden ser muy útiles y contribuyes a su reciclaje.
- Para eliminar los malos olores en las manos, luego de manipular pescado o ajo, frotándose con esos residuos y luego enjuagando con agua y jabón.
- Le puedes dar brillo a tu cabello frotando con esos residuos, enjuagando con la precaución de no obstruir los desagües. Solo recomendable para las personas de pelo negro o castaño oscuro.
- Lo puedes incorporar a tu compost para elaborar abono orgánico.
- Se puede fabricar un exfoliante, mezclando los residuos con azúcar y aceite hasta formar una pasta.
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Pedro Churion l Redactor Especialista