Víctima del matrimonio infantil
Yamir (nombre ficticio), es una joven India. Tiene actualmente 19 años, pero contrajo matrimonio en contra de su voluntad cuando sólo tenía 14. Lleva cinco años casada y tiene dos niños pequeños. Cuando sus padres arreglaron su matrimonio, le obligaron a dejar la escuela. Sus obligaciones habían cambiado, y sus opciones de futuro, se limitaron de golpe.
Su hermana corrió la misma suerte, y es que el matrimonio infantil es una solución cuando los padres no pueden cargar con los gastos económicos de educación y alimentación de las hijas. Cuando a Yamir se le pregunta si sabía que sus padres concertarían su matrimonio, guarda silencio.
El deseo de crecer
Ella explica que no estaba preparada. Que era muy joven y quería seguir estudiando. Todavía piensa en volver a estudiar y trabajar fuera de casa, asumiendo que tendría que compaginarlo con todas las tareas del hogar. Su marido, aunque dice que la apoyaría si quisiera formarse, también confiesa que nunca ha buscado opciones de formación para ella.
A pesar de que en India el matrimonio infantil está prohibido desde 2006, la prevalencia de esta práctica es del 46%. Además de limitar las oportunidades de las niñas, el matrimonio infantil es una forma de abuso sexual y explotación de menores. Muchas de ellas son tratadas como esclavas en el hogar de sus suegros, y son mano de obra barata en el campo.
El embarazo adolescente
La falta de educación, de información y de poder de decisión en materia de salud sexual y reproductiva, pone en peligro el bienestar de estas jóvenes esposas. El embarazo entraña mayores riesgos para la salud cuanto menor es la madre, produciéndose embarazos no planificados, prematuros, que provocan miles de muertes maternas, y de abortos. Incluso cuando el niño sobrevive, está más expuesto a sufrir desnutrición , o problemas de desarrollo.
El matrimonio infantil se origina por muchas cosas, dependiendo también de las tradiciones locales, pero el factor común es la desigualdad de género. La mujer se presenta en los matrimonios concertados como una mercancía que se intercambio. Ella no tiene poder de decisión, y se le niega el derecho a la educación. Esto genera de igual modo una falta de independencia de la que ya no podrá salir nunca.
Por ello, mantener a las niñas y jóvenes en la escuela, y darles información sobre sus derechos, sobre salud y sexualidad, les ayudará a empoderarse y a tomar sus propias decisiones, consiguiendo en el largo plazo el espacio que les corresponde en la sociedad.
#EducaPorLaIgualdad
Imagen : Naren Halder, MACHRD NIDS