Muchas veces estamos tan concentrados en nuestros pequeños problemas que olvidamos que no todos tienen nuestras mismas oportunidades. Incluso cuando vemos documentales o campañas de Unicef, no alcanzamos a entender por lo que millones de personas pasan cada día, todos los días de su vida.
Ayer 11 de octubre fue el Día Internacional de la Niña, y resultó ser una gran oportunidad para reflexionar sobre la educación y la oportunidad que reciben -o no- las niñas, jóvenes y mujeres de todo el mundo.
El género femenino es clave paraterminar con la pobreza mundial. Si niñas y mujeres son brindadas con la oportunidad de permanecer en la escuela, de acceder a servicios de atención médica, de casarse cuando y con quien quieran (si es que quieren), de usar métodos anticonceptivos, etc., el beneficio no solo les afectará a ellas, sino también a sus familias, a sus comunidades, y a sus países.
Leí no hace mucho en un estudio que, si en un año, cada niña de Etiopia pudiese terminar la escuela, la economía del país habría obtenido casi 3.6 billones más de euros. Y que si las jóvenes nigerianas tuviesen las mismas oportunidades de empleo y los mismos sueldos que el género opuesto, el país obtendría cada año casi 12 billones de euros adicionales.
¿Cómo es posible?
Cuando una niña puede ir a la escuela, desarrolla confianza en sí misma y adquiere habilidades que le permitirán tomar decisiones propias y contribuir en sus comunidades. Además, gana capacidades para obtener un buen trabajo, con el que puede aumentar la riqueza de su país.
Todo empieza con una niña. Una niña, como un chico, un adulto, un anciano, una persona discapacitada o un individuo de color púrpura y antenas, merece las mismas oportunidades que aquellos que le rodean. Merece una vida digna, no solo con sus derechos humanos básicos, sino también con respeto cultural, social, racial y de género, con derechos globales y libertad de oportunidades.
Más de 250 millones de jóvenes viven a día de hoy en la pobreza. Eso equivale a la generación femenina más grande en la historia de la humanidad, desperdiciando su talento por una gran e injusta desigualdad.
Los elementos básicos que necesitan ahora mismo niñas y mujeres de alrededor del mundo son, principalmente, cinco: salud, educación, seguridad física, seguridad económica y derechos.
Ser mujer no debería significar nunca ser menos o tener menos derechos que otra persona que no es mujer. Para abarcar estos cinco campos, tenemos que acatar problemas como la violencia de género o la mutilación genital forzada, las bodas infantiles, crear espacios más seguros, leyes más fuertes, luchar por un libre y fácil acceso a la educación, generar oportunidades laborales igualitarias, y recordar, ante todo, que educar a una chica significa educar a una comunidad entera.
Y es que se ve claramente cuando salen estudios y artículos que reflejan la realidad en múltiples países, desde Bélgica y Perú hasta Finlandia, Ruanda, o Somalia. Las chicas que tienen acceso a la escuela y terminan secundaria tienen más oportunidades de escapar la pobreza y tener sueldos más altos, a la vez que es más probable que se casen de más mayores, que tengan menos niños –y más sanos- y que sus hijos puedan ir a la escuela. Al mismo tiempo, tienen menos posibilidades de contraer enfermedades como la malaria o el SIDA, de morir durante el embarazo o el parto, y de que sus hijos mueran durante la infancia.
Apoyando causas como la igualdad de género, la justicia social, el acceso a la educación o la erradicación de la pobreza estamos dando un paso enorme para terminar con las injusticias globales.
Apoyar a niñas y mujeres equivale, ahora más que nunca, a cambiar el mundo.
Algunas recomendaciones para hoy:
Ver el documental Girl Rising, sobre la educación como herramienta de revolución
Leer el testimonio de Malala Yousafzai y ver su magnífica entrevista con Emma Watson
Apoyar una organización que luche por los derechos de niñas y mujeres, como Malala Fund o Educate girls
Descubrir las fascinantes ventajas de educar a chicas en cursos como programación, como hacen en Girls Who Code
Apoyar los Objetivos Globales, especialmente el de igualdad de género y el de acceso a una educación global y libre para todos
Leer algunos artículos de Gansos Salvajes o de Everyday Feminism para derribar los muros de prejuicios, auto-críticas y cánones de belleza a seguir
Apreciar tu propia educación, y recordar que eres capaz de todo