¿A quién no le gusta tostarse al sol en verano mientras lee un libro, escucha música o simplemente disfruta del sonido del mar? A mí la primera. El verano ya está a la vuelta de la esquina y toca renovar el kit de protección solar para los días de sol y playa. La oferta de cremas solares del mercado es casi infinita. Las hay para todos los gustos: en spray, en crema, en mouse; en formato grande, pequeño o mediano; para pieles blancas, medias o morenas; con olor a coco, vainilla o zanahoria; resistentes al agua e incluso a un tsunami; blancas nivel yeso o trasparentes…
Toda esta oferta infinita de cremas, unido al efecto hipnotizador que me produce olerlas, hace que cada año pierda el foco de lo realmente importante: encontrar una crema que además de protegerme del sol no dañe mi piel ni ponga en peligro mi salud. Como sabéis, nuestra piel es como una esponja y absorbe todo lo que nos ponemos sobre ella. Por eso debemos tener especial cuidado con los ingredientes que van a estar en contacto con ella ya que, muchos, pueden producir un efecto negativo en nuestra salud.
Este verano no me ha pillado el toro y he hecho los deberes en fecha. Me he tomado mi tiempo para investigar sobre los tipos de cremas que podemos encontrar en el mercado, cuál es su composición, cuáles son las marcas que están libre de tóxicos, qué sustancias son las más peligrosas…
Y ahí va el resultado…
TIPOS DE PROTECTORES SOLARES
Antes de nada es importante conocer cuáles son los tipos de crema que hay en el mercado y cuál es su mecanismo de acción:
Biológicos: están hechos a base de plantas y vegetales con propiedades protectoras como el aloe vera, la jojoba, el germen de trigo, el aceite de karité o de frambuesa… Contiene componentes totalmente naturales y, aunque nos protegen de los rayos ultravioletas A y B, solo están indicados para periodos de exposición cortos. Ésta puede ser una buena opción para utilizarla en invierno o en verano, para salir a la calle o ir al trabajo.
Físicos o minerales: son aquellos protectores que actúan como un espejo, reflejando las radiaciones que llegan a nuestra piel sin penetrar en ella. La principal ventaja de este tipo de protectores es que funcionan como auténticas pantallas solares. Sus componentes se quedan en la superficie de la piel formando una capa protectora y no penetran en la misma. Los filtros más utilizados en este tipo de protectores son dos: el óxido de zinc (ZiO) y el dióxido de titanio (titanium dioxide o TiO2). Se ha hablado bastante, también, sobre la posible toxicidad del dióxido de titanio. Es verdad que aunque algunos estudios lo catalogan como peligroso otros indican que solo supone riesgo si es utilizado en forma de nanoparticulas (ya que penetrarían en nuestra piel) o si es inhalado.
Químicos: en este grupo se encuentran la mayoría de cremas solares convencionales. La peculiaridad de este tipo de filtros es que necesitan ser absorbidos por nuestra piel para activar su protección solar. Por ello, si te fijas siempre indican que deben aplicarse 20 ó 30 minutos antes de exponernos al sol. Suelen estar compuestos por sustancias sintéticas derivadas del petróleo y en muchos casos altamente peligrosas. Este tipo de protectores necesitan penetrar en nuestra piel para activar su efecto por lo que todos esos tóxicos pueden pasar facilmente al torrente sanguíneo. Dentro de las sustancias químicas más peligrosas que se usan para la fabricación de este tipo de cremas, y que debemos evitar a toda costa, se encuentran: Benzofenonas (BF) como la Benzofenona 3 y 4 (BP-3 y BP-4); Ethylhexyl methoxycinnamate, también aparece como “octinoxato”, “metoxicinamato de octilo” o “OMC”; Homosalato; Palmitato de retinol (Retinyl palmitate); PABA (ethyl-4-aminobenzoate, benzocaína) y OD-PABA (ácido octil dimetil aminobenzoico); Octocrileno.
Conclusión: La mejor opción es elegir un protector solar que utiliza filtros físicos sin nanopartículas y preferiblemente compuesto solamente por óxido de zinc. Después de comparar varias cremas la que más me ha gustado es la de Amapola Bio-Cosmetics. Porque solo tiene oxido de zinc sin nanopartículas, el 60% de sus ingredientes son ecológicos, es una marca española y cuenta con un certificado de BIO INSPECTA-VIDA SANA.
Otras cremas solares que también están libre de tóxicos son: Alga maris, Acorelle, Eco-Cosmetics, Lavera o Anthyllis.
Por último, os dejo este genial tutorial de Victoria Moradell, por si os animáis a hacer vuestra propia crema solar en casa.