Químicos que encontramos en los alimentos
Hace diez años, a raíz de un grave problema de salud de un familiar empezamos a informarnos sobre la alimentación ecológica y sobre todo empezamos a leer las etiquetas de los productos.La sociedad en general solo valora el precio de las cosas, es lo que nos meten por los ojos, “los más baratos” “siempre en oferta” esto tiene un único fin, el consumo masivo. Terminamos comprando cosas sin sentido solo porque está “tirado de precio”.
Esto daña no sólo al medio ambiente sino el trabajo de muchas personas, que trabajan con prácticas que son más costosas de fabricar.
Si te paras a leer las etiquetas de los alimentos, a informarte de lo que llevan, de la cantidad de sustancias químicas aditivos, estabilizantes, conservantes, componentes artificiales que vemos tan normal porque están en los alimentos que podemos encontrar en un supermercado y que, lógicamente, no pensamos que sean malos porque son para consumo humano, pues lo son, no dejan de ser químicos innecesarios y que aunque pensemos que no influyen en nuestro organismo, si lo hacen, siendo en parte responsables de enfermedades.
Cambio de hábitos
En nuestro caso, no cambiamos de un día para otro nuestro frigorífico, pero si empezamos a buscar tiendas que apostaran por productos ecológicos.La alimentación ecológica es aquella que se basa en ingredientes cultivados o elaborados siguiendo un método de producción que integra varios elementos esenciales:
empleo de procedimientos y técnicas naturales
respeto a los animales, la preservación del medio ambiente y la protección de la salud
productos que carecen de sustancias sintéticas en su proceso de cultivo (abonos, herbicidas, fungicidas, insecticidas)
ausencia de organismos genéticamente modificados, antibióticos y reducción a la mínima expresión de los procesos de transformación de los alimentos.
Fue entonces cuando pasamos de comprar menos en supermercado y más en pequeño comercio o cooperativas de alimentación ecológica alimentos ecológicos certificados.
Apostando por un negocio sostenible
Cuando abrimos nuestra tienda decidimos usar textil reciclado en nuestros diseños, en estos años, al igual que pasó con nuestros hábitos alimentarios, también hemos ido evolucionando, siendo más cuidadosas en el material que elegimos, no sólo que sea reciclado u orgánico, sino saber donde se fabrica, en qué condiciones laborales, apostando por proveedores españoles y llevando la sostenibilidad a todo nuestro proceso de diseño, producción y fabricación.Fue cuando iniciamos la andadura de la tienda y entramos a formar parte de AMSE (Asociación de Moda Sostenible de España) cuando al igual que ocurrió con la alimentación, empezamos a informarnos y leer las etiquetas de la ropa que usamos a diario, la procedencia de las mismas o donde se fabricaban y en que condiciones laborales.
Nos dimos cuenta que nuestro armario estaba lleno de tejidos sintéticos, poliéster, viscosa o mezcla de tejidos, pero en su mayoría sintéticos que se fabrican a partir de derivados del petróleo.
Ese fue un punto de inflexión que nos llevó a ir cambiando nuestro armario por uno más sostenible.
Aún nos queda trabajo por hacer, porque nuestros hábitos de consumo son comprar poco y cuando lo necesitamos. Nunca nos ha gustado ir de tiendas ni que nadie nos diga como tenemos que vestir simplemente porque sea tendencia.
Cuando necesitamos ropa la compramos a pequeñas marcas que forman AMSE o externas, pero igualmente sostenibles. Nos aseguramos calidad, durabilidad, materia prima ecológica, diseños diferentes, creativos y en muchos casos artesanos y prácticas éticas en toda la cadena de producción y fabricación.
Estilo de vida sostenible, un modo de vivir
A día de hoy seguimos trabajando para aprovechar de manera consciente lo que la naturaleza nos ofrece, respetándola y minimizando nuestro impacto en ella.
Estamos apostando por el residuo cero cambiando productos de usar y tirar por productos reutilizables, y evitando al máximo los plásticos.
Un estilo de vida sostenible es una elección en la manera de vivir basada en minimizar nuestro impacto medio ambiental, pero también apostar por el respeto al trabajo digno de quienes nos proporcionan los productos.