El ácido esteárico es un sólido de color blanco en forma de cristalitos pequeños, similar a la sal, y la estearina es una grasa blanca sólida, parecida a la manteca de cerdo.
Ambas grasas se funden en aceite, no en agua.
Propiedades al saponificar:
1. Bajan el índice de Yodo.
2. Bajan ligeramente el ph del jabón.
3. Proporcionan consistencia a la espuma y la hacen más duradera.
4. No aportan ni color ni olor al jabón.
5. Con muy poca cantidad aportan al jabón mucha dureza, haciendo que endurezca rápidamente en los moldes y se pueda cortar antes y mejor.
6. La temperatura óptima para trabajar con el ácido esteárico es de 70 a 80º C. Como consecuencia lo hacen incompatible con aditivos delicados como la miel o la leche.
7. Son muy utilizados en jabones base de glicerina (transparentes) y jabones elaborados por saponificación en caliente, ya que no suelen dar problemas y se puede agregar hasta un 20% de las grasas.
8. Son muy efectivos para corregir el efecto de un “jabón baboso”, un inconveniente muy frecuente en climas húmedos.
Comportamiento durante la saponificación en frío:
Acelera mucho el proceso de saponificación y dependiendo de la cantidad utilizada a veces la traza es inmediata. Esto es debido a que el ácido esteárico es neutralizado rápidamente por la lejía.
Es posible que aparezcan puntos blancos en el jabón o que se produzca una falsa traza. Es decir, que el jabón parezca que se ha saponificado y luego se separe en fases.
Para evitarlo se recomienda seguir las siguientes indicaciones:
No utilizar una cantidad mayor del 5% de las grasas totales.
Derretirlo a fuego suave con las grasas sólidas y cuando esté fundido retirarlo y añadir las demás grasas líquidas.
Esperar a que la temperatura baje a unos 35ºC. Por encima de esta temperatura la traza es inmediata, y por debajo se forman grumos.
Batir con batidora durante 1 o 2 minutos, parar para que no se queme el motor de la batidora y luego repetir hasta que veamos que se ha formado la traza y la masa sea homogénea (no suele tardar más de 10 minutos).
Estas pausas son importantes para comprobar que la traza que se ha producido correctamente y no sea una falsa traza. Si esto ocurriera seguiremos batiendo hasta que la textura no varíe.
Si la masa se vuelve inmanejable se puede calentar a fuego suave para que se funda un poco.
Cuando la traza se haya completado se puede añadir sin problemas los aceites del sobreengrasado, colorantes, aceites esenciales o cualquier otro aditivo que se quiera utilizar.