De hecho, cuando boto estados de cuenta o documentos, siempre me aseguro de cortarlos en pedacitos para que nadie pueda leer los datos (lo aprendí de mi mamá). ¿Exagero?, a lo mejor… o quizás son las “trazas” que a uno le quedan de haber vivido mucho tiempo en Venezuela.
Piénsalo de esta forma, alguien llega ahorita a tu casa y comienza a revisar tu basura, ¿qué encontraría?… posiblemente podrían hacerse una idea del tipo de alimentación que llevas, si tienes mascotas, si fumas, si eres dulcero, si eres maniático de la limpieza, si tienes hijos, si bebes e incluso, si llevas una vida sexual activa o no (¡ujum!)… ¡y la lista sigue!
Por eso es que digo que la basura habla, habla a nuestras espaldas, nos guste o no.
Desde hace unos años se viene escuchando cada vez más sobre “zero waste” (residuo cero), y se ha venido convirtiendo en una expresión incluso más habitual que la clásica “reducir, reusar, reciclar”. Tal y como el nombre indica, residuo cero significa no generar desperdicios y desechos, así de simple.
Cuando la gente bota algo, tiende a pensar que ya es el fin, no es su problema, ya no hay más basura. Lamentablemente, no nos detenemos a pensar qué pasará luego. Así que si realmente lo piensas, el VERDADERO PROBLEMA es producir desperdicios.
¿Qué podemos hacer?
Cambiar nuestros hábitos. Lo que pensamos que es consumo “normal”, realmente no lo es, y esto ha sido un problema que ha venido creciendo y creciendo como una bola de nieve gracias a la producción masiva, productos enlatados y plásticos en todos lados… ah, y también la moda, que ya ni cambia cada temporada, sino ahora es cada semana.
La población en nuestro planeta ha venido aumentando de forma imparable, lo que significa que nuestras “necesidades” y las cosas que consumimos también, y la tendencia indica que va a seguir así.
Lo bueno es que ¡nunca es tarde para cambiar! Necesitamos prestar atención y entender nuestros hábitos, sé que al principio puede sonar como idioma alienígena, pero la verdad es fácil. Aquí te dejo algunas ideas:
1. Observa tu basura, de dónde viene y piensa cómo puedes evitarla.
2. Sé responsable y piensa qué pasará luego de botarla. ¿Dónde irá a parar?, ¿qué harán con ella?
3. Toma medidas y actúa para reducir tus desperdicios.
Ideas para reducir tus desperdicios:
1. No utilices más vasitos desechables. Bebe tu café en casa o lleva tu propio termo para café.
2. ¡Los recipientes de vidrios son tus amigos!, puedes almacenar en ellos casi cualquier cosa.
3. Acostúmbrate al agua de grifo y lleva contigo tu propia botella, podrás llenarla en cualquier lugar.
4. Compra en mercadillos locales, ayudarás a reducir empaques de plástico.
Ah, y no te olvides de llevar tus bolsas de tela o carrito de compra.
5. Haz tus propios productos de limpieza. Bicarbonato, vinagre y limón hacen mil maravillas.
6. Haz tus productos de cuidado personal. Es fácil, más barato, más seguro y más saludable.
7. Compra de segunda mano. Puedes encontrar tesoros y además es más barato.
8. No compres libros o CD’s, ¡internet es la biblioteca más grande del mundo!
9. No compres más comida de la que necesitas y prefiere las compras a granel.
10. Reduce, reusa, recicla… palabras que siempre debemos recordar y en ese mismo orden.
Y ya como último punto, te invito a ver este video sobre Lauren Singer, una neoyorquina que ha vivido residuo cero durante los últimos años.
Comienza hoy, ¡no dejes que tu basura hable a tus espaldas!, mejor habla tú por ella, y cuéntamelo en los comentarios.