Ya es casi la hora de comer, así que nos sentamos en la mesa de su terraza con unas cervecitas, charlando con calma bajo la mirada atenta de Mishi, su gata.
“Estoy segura de que habla y que se da cuenta perfectamente de cuándo le estás haciendo una foto. De hecho, es tan fotogénica que le hemos tenido que abrir un perfil propio en Instagram”.
Tiene sentido. Una diseñadora y una modelo. Hacen un buen equipo. Las dos se mueven a través de las telas y las prendas en proceso con agilidad y ternura.
Noemí es de Alcoi, donde aprendió a coser en el taller de su abuela. Se vino a Barcelona hace 7 años para estudiar Diseño de Indumentaria y rápidamente se enamoró de la ciudad y las tantísimas cosas que hay para hacer. Cuando coge el tren y vuelve a casa de sus padres, su refugio, es para recargar las pilas y llenarse de calma.
“Barcelona es una ciudad para hacer, para gastar toda tu energía en hacer lo que más te gusta.”
Antes compatibilizaba la costura con trabajos de dependienta en otras tiendas de ropa. Aunque era un poco cansado, le encantaba tener muchas prendas muy distintas en las manos, darles la vuelta, mirar cómo y dónde estaban hechas, de qué material y de qué forma podrían mejorarse.
No busca referencias y no sigue la moda, aunque admite que es imposible no verse influenciada de alguna manera por todo, además le encanta fijarse en lo que lleva puesto la gente que se cruza por la calle.
Sin embargo, cuando se lanza a crear un modelo lo hace porque le gusta desde lo más profundo de sí misma y no porque “se lleva”.
“Se trata de elegir, coser, lo que realmente te gusta a ti y lo que va con tus valores.”
Coser y pensar cada prenda es un proceso personal y profundo. Igual que se habla del consumidor consciente, le gusta hablar del diseñador consciente.
Está orgullosa de su perseverancia y fuerza de voluntad, aunque a veces signifique un sacrificio, y le gustaría cambiar que tiene demasiada vergüenza y debería valorarse a sí misma un poco más.
Le da mucha pena cuando tiene que despedirse de una prenda suya pero eso se compensa sobradamente con la alegría que le da ver a alguien vestida de Nuevemí. Le encanta ese momento en que alguien le dice “qué guapo eso que llevas puesto” y ella responde “me lo he hecho yo”.
Sus dibujos me encantan casi tanto como sus prendas. Descúbrelas en The Goood Shop
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