Hoy vuelvo a traer a la palestra el tema eco. No es algo que suela hablar mucho en este blog pero creo que es uno de los pilares de nuestra existencia, y algo en lo que todos tenemos puntos que mejorar.
Soy la primera que tiene mucho que aprender y mucho que mejorar, y voy dando pasos en este sentido, algunos desde hace años, otros cambios los estoy empezando a adoptar.
Pero creo que es importante, sobre todo, darle visibilidad a la ecología. Ya que soy una firme convencida de que es algo que nos concierte a todas las personas, el cuidar y respetar nuestro planeta, el fomentar un consumo más responsable.
En cuanto a ecología y sostenibilidad, hay opiniones y opciones de todo tipo. Desde gente muy convencida, que viven 100% en modo eco, a gente que directamente es negacionista de este tipo de comportamientos y que los ve innecesarios. Puedes leer un artículo sobre este tema aquí.
Por supuesto, los primeros que creo deberían dar pasos adelante son las grandes riquezas, las grandes empresas o los países en sí, ya que por muchas pajitas de plástico que yo deje de usar, si luego la gente viaja en jet privado (con lo que eso contamina) solo porque quiere ir a París a comprar, pues como que se ve que no sirve de nada.
Pero, soy de la opinión de que, por muy pequeño que sea tu grano de arena, siempre aporta.
No por el hecho de que tu pequeño cambio o gesto sea importante por sí mismo, de forma aislada ninguno lo es. Si no por su poder sistémico. Es el conjunto, el de todos los pequeños cambios, el que crea la corriente.
El cambio de mentalidad, la educación por el cuidado del medio ambiente y la toma de conciencia generalizada, de las personas, que llevará a que más voces se levanten contra esas grandes potencias, que están haciéndolo mal, y que podrán ponerles sobre las cuerdas. Obviamente las grandes empresas siempre buscarán hacer negocio, para eso son ...eso, negocios. Pero ¿crees que Mercadona vendería bolsas de rejilla para la fruta, si no empezase la gente a demandarlo? Lo dudo mucho.
Por eso, y como siempre, te animo a que tomes consciencia de tus actos, de vez en cuando, y te replantees si lo que estás escogiendo, es la mejor que puedes escoger. Que te informes. Que te animes a probar.
Los principios más esenciales
Para mí, todo se resume en estos principios:Simplificar: vivimos en una rueda de consumo constante, siempre necesitamos más y más. Pero ¿es cierto? Muchas veces ahogamos nuestras carencias en objetos que compramos y acumulamos, pero que nos dan una falsa sensación de felicidad... pasajera. Hacer más, comprar más ..Apostar por simplificar nuestra vida, en todos los ámbitos, me parece una gran opción.
Reducir: Pensar dos veces antes de comprar, si realmente lo necesitamos. Cuanta menos cosas innecesarias, menos acumularemos y menos residuo generaremos.
Reparar: Antes de tirar algo roto, mira a ver si es posible repararlo. Muchas veces el coste de la reparación compensa, sobre todo si es un objeto que nos gusta especialmente.
Reutilizar: Dale una segunda vida, antes de tirarlo. Puedes encontrar un nuevo uso para ese objeto que ya no quieres. También, los mercados de segunda mano están en auge ¡es una buena oportunidad para vender lo tuyo y comprar otras! O incluso, si lo prefieres, la opción de donar (si está en buen estado) a una ONG o asociación local.
Reciclar: Si algo no tiene ya más remedio que acabar en la basura ¡que sea en el lugar adecuado! Hay muchos tipos de materiales que se pueden reciclar, los más comunes en los cubos de basura que encontrarás en tu municipio (plásticos y latas, cartones y papel, vidrio...) pero otros tantos pueden ser separados en el punto limpio. Cuanto mejor clasifiquemos y separemos nuestros residuos, menos acabarán en el vertedero, y podrán tener una segunda oportunidad-
Pequeños cambios para hacer la compra y en tu mesa
Diseñar el menú de la semana, teniendo en cuenta lo que ya tienes en casa, y haciendo una lista de la compra de aquello que te falta y necesitas. De esta forma, comprarás solo aquello que realmente necesitas, reduciendo posibles deshechos (productos no consumidos) y también, el gasto que haces (ahorro). Nunca viene mal ahorrar dinerito.
Usa bolsas reutilizables siempre que sea posible (yo suelo llevar una o dos en el bolso, plegadas, siempre). En los últimos meses, los grandes supermercados han empezado a ponerse las pilas, y las bolsas de la zona de fruta y verdura por ejemplo, son de fécula de patata (en teoría, compostables), o tienen opción en papel, o te venden bolsas de rejilla, que puedes usar una y otra vez.
Si compras productos que vienen con bolsa de plástico, puedes intentar darles un segundo uso (yo las aprovecho para limpiar el arenero del gato, o tirar la basura)
Usa tus propios envases. Si compras en pequeño comercio, este cambio te resultará más sencillo. En la carnicería de mi barrio, por ejemplo, te permiten traer tus botes o táperes, para comprar.
Prueba a usar el papel de cera de abeja para envolver la comida (sustituyendo el papel de aluminio o el plástico, que solo tienen un uso, porque tras usarlo es fácil que se rompan). Es lavable a mano, por lo que puedes volver a usarlo varias veces.
Compra a granel (usando tus envases). En las grandes ciudades, es más fácil encontrar opciones así, en las pequeñas, todavía es complicado. Pero alguna opción, hay. Por ejemplo, en mi ciudad hay una tienda de productos de limpieza a granel, y en la carnicería de mi barrio, puedes comprar legumbres secas a granel.
Busca opciones locales o de KM 0 - este punto es más complicado, dependiendo de dónde vivas- para reducir tu huella de carbono. Puedes buscar si existe en tu ciudad una Colmena o cooperativa, que te permita adquirir productos de cercanía (además, favoreces a los pequeños productores locales).
Prueba a cocinar más tus propias recetas, sobre todo si eres consumidora habitual de comida rápida o de precocinados. Además de ahorrar dinero (de nuevo, esos dinerillos a final de mes se notan), estarás generando mucho menos envase de plástico, que es con lo que suelen venir, e incluso, puedes buscar alternativas más saludables.
Si tienes varias opciones de envase, elige siempre que puedas el vidrio o el cartón no plastificado, que se recicla mejor que otras opciones (como el corcho blanco de las bandejas).
Evita comprar en monodosis, que siempre tienen más envoltorio y desechos que la versión en grande.
Puedes aprovechar los desperdicios de ciertas verduras, carnes o pescados, que te sobran, usándolos como bases para hacer caldo. Incluso, puedes optar por tener una compostera en tu casa (especialmente si tienes jardín que abonar!) y aprovechar esos desechos orgánicos.
Pequeños cambios para el baño
En el cepillo de dientes, pásate a los de bambú, o al menos, que solo sea de cabezal intercambiable (reduces el porcentaje de producto a desechar)
Muchas pastas de dientes contienen microplásticos ¿Sabías que el 2% de los microplásticos de los océanos vienen de los productos de higiene personal? Existen opciones más saludables, e incluso en frascos de cristal.
Cambia tu esponja sintética por una de luffa (que es natural) ¡me acuerdo de pequeña tener en casa!
¡Pásate a la cosmética sólida! cada vez hay más alternativas: jabones corporales, champús, acondicionadores... son tan buenos (o mejores) que los normales - En mi caso, los mejores champús que he probado son las pastillas de Lush-
Si usas toallitas desechables, busca que sean de algodón lavable.
Para los discos desmaquillantes, también puedes buscar alternativas reutilizables, de tela.
Para los bastoncillos, venden versiones sin plástico, pero también existen versiones de silicona, reutilizables. Pasa igual con el hilo dental, el de toda la vida es de nylon, pero existen versiones sin tanto plástico.
Para la regla, ¡hay muchísimas opciones ya! (y es una bendición), desde la copa menstrual, a bragas menstruales o compresas de tela, reutilizables.
Para el desodorante, evita los de spray, y pásate a los de tarro de cristal, e incluso a los sólidos.
Para la depilación, la mejor alternativa en cuanto a desecho, es optar por la depilación permanente, o con máquina, en cuanto a desechos. Si buscas una maquinilla (la cuchilla), opta por las de toda la vida: las que son reutilizables, de acero, y que solo sustituyes la cuchilla en sí.
Pequeños cambios para hacer por casa
Para limpiar la casa, hay muchas alternativas con menos tóxicos, y la más sencilla es el jabón de toda la vida, de Marsella o Castilla. Otras opciones son crear limpiadores multiusos con agua y vinagre, o vinagre y bicarbonato.
Puedes aprovechar camisetas de algodón, o prendas viejas de este material, para hacer trapos.
El café, mejor en cafetera italiana. Y si eres consumidora de café en cápsulas, existen opciones rellenables, bastante buenas.
Olvídate de las servilletas de papel y vuelve a las de toda la vida, las de tela.
Si tienes comida que se va a estropear, puedes crear conservas, o congelarla para más tarde ¡o compartirla con otras personas!
Apaga los aparatos electrónicos que no estés usando, y si se estropean, busca primero opciones para repararlos.
En cuanto a la ropa, que suele ser un área que a la mayoría se nos va de las manos con facilidad, sigue los principios: simplifica tu armario (guarda solo aquello que realmente uses, te guste y te quede bien), reduce la compra (no compres por comprar, si realmente no lo necesitas), repara (cuando esté estropeado) y reutiliza siempre que puedas (por ejemplo, tuneando alguna prenda para seguir usándola de otra forma, regalándosela a otra persona, donándola a alguna asociación, o incluso vendiéndola por segunda mano).
Pásate a las facturas y recibos en formato online, y reduce la basura de papel de casa. Pide en tu comunidad que no se dejen panfletos que acaban en la basura, normalmente.
¿Sabes que los almacenamientos en la nube, o de las grandes corporaciones de internet, contaminan muchísimo? Las grandes marcas como Google o Facebook, por poner dos ejemplos, necesitan contar con cientos y cientos de servidores para poder dar sus servicios. Y mantener esos servidores refrigerados hacen que el consumo energético sea muy alto. Si usas servicios en la nube como cajón de sastre, mejor vete olvidando (además, cuanto menos uses, más probablemente no requerirás usar las ampliaciones de espacio que cuestan una suscripción).
¿Eres creativa y/o te gustan las manualidades? Reaprovecha materiales de envases, revistas que ya no quieras, paquetes, etc para hacer tus proyectos. Desde papeles bonitos que puedas usar en tu snailmail, a recortes de revistas que puedas usar como collage si haces art journaling, o frascos, cajas etc que puedas convertir y darle otro uso, con un poco de pintura y algo de maña.
Intenta tener hobbies que no impliquen tanto uso de la tecnología y de internet. Reduce el consumo energético y tu huella de carbono, y das un respiro a tus ojos, que nunca viene mal. Leer, pintar, jugar a juegos de mesa, hacer deporte, pasear, cocinar... ¡hay muchísimas opciones!
Sé creativa a la hora de envolver regalos: prueba con telas, o con papeles que tengas por casa (un poster viejo le da un toque super original)
Pequeños cambios para hacer en el trabajo y/o fuera de casa
Un básico: si sueles llevar agua en tu mochila o bolso, que sea en botellas reutilizables (evita a poder ser las de plástico), hay cientos de opciones disponibles, por suerte, en muchas tiendas, y con diseños super variados. Escoge de aluminio o de cristal.
Si tienes máquina de café en la oficina, llévate una taza de casa y déjala en tu mesa. Evitarás usar los vasitos desechables (también para beber agua)
Usa el almacenamiento digital. Ahorras papel y tinta, y ahorras espacio físico en tu oficina. Hay muchas áreas del trabajo en las que se tiende todavía a tirar de almacenamiento físico de todos los papeles y la mayoría de ellos, no son necesarios tener una copia física. Esto lo puedes poner en práctica en casa también.
Si tienes que comer fuera de casa, ahorrarás dinero y generarás menos residuos si comes de táper, con comida casera.
Intenta que los cartuchos de tinta sean de los recargables (es como comprar a granel pero para impresoras)
Promueve iniciativas ecológicas y de hábitos saludables en tu empresa (a riesgo de caer en el greenwashing, o de ser tachada la hippie de la oficina, a muchas empresas les gustará la idea y puede ser un nuevo punto de contacto con tus compañeros)
Son pocas todavía, pero ya hay alguna empresa o tienda que aprovechan y reciclan todas esas cajas que se generan del comercio electrónico (hola, Amazon). También puedes aprovecharlas tú, si vendes cosas de segunda mano, para hacer los envíos.
Si te das cuenta, gran parte de los cambios que puedes hacer suponen en cierto modo, recuperar buenas prácticas que, si tienes una edad, ya realizaban tus padres. En fin, no soy una chavala pero tampoco soy tan mayor, y mientras escribía estas líneas, me he dado cuenta cómo la mayoría las practicábamos cuando era pequeña, y que con las facilidades del presente, por muy facilidades que sean, al final son una solución peor (en cuanto a más contaminante, menos natural o más residuo). Vamos, que me quedo con la sensación de que nos hemos vuelto gilipollas con el paso de los años.
Por eso, creo muy importante tomar conciencia, y recuperar esas prácticas que ya hacíamos (no estoy pidiéndote que volvamos a la Edad Media, ni mucho menos), a unas prácticas más sostenibles, razonables. No es necesario tampoco, si no estás preparada, que des un cambio radical a tu forma de vida. Sobre todo cuando se trata de adoptar o reaprender ciertos hábitos. Todo el proceso requiere tiempo y quizás es más adecuado que hagas cambios poco a poco, de uno en uno.
En mi caso, además, con una hija pequeña en modo esponja, veo súper importante educarla en estos gestos y hábitos, y crear una nueva generación de personas conscientes y respetuosas con su entorno. Y eso que, reconozco que a raíz del nacimiento de Julia, en muchos sentidos he avanzado, pero en otros he dado pasos hacia atrás.
¡Ayúdame a hacer esta lista todavía más larga!
¿Conoces alguna alternativa más que podamos incluir? ¿Eres una tienda eco y tienes algún producto que no hemos mencionado? ¡Deja un comentario con tu propuesta!
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Foto principal de Svitlana on Unsplash - Foto cartel Edward Howell on Unsplash