Menos mal que en la red encontramos estupendas bloggers expertas en residuo cero. ¿Mi favorita? La autora del post de hoy ¡La Ecocosmopolita! Por si no la conocéis (que podría ser) La Ecocosmopolita es el blog de Yve Ramírez, que escribe este espacio que “intenta ofrecer algunas respuestas que te ayuden a vivir de forma más sostenible, incluso en una ciudad como Barcelona”.
Así que, si como yo, tenéis problemas a la hora de aplicar el residuo cero en vacaciones, ¡no os perdáis sus consejos! Todo tuyo, ecocosmo.
“No pasa nada por una vez. Total…”. ¡Cuántas veces nos decimos esta frase! Cuando comemos una guarrada, cuando hacemos cosas poco sostenibles o cuando cometemos otros “pecados” mayores o menores…
Y algunas veces no pasa nada realmente, pero muchas otras sí que pasa. Y no es cuestión de volvernos radicales, y torturarnos a nosotros y a quienes nos rodea, pero si vamos con el “por una vez no pasa nada” por delante, no nos damos cuenta de lo que suma el goteo constante.
A mí me gusta decir que cuando viajamos, “estamos de visita” así que debemos portarnos aún mejor que en casa. Aunque estemos de camping. Y esto se aplica a todo, incluyendo al tema de la basura. Si intentamos reducirla al mínimo en casa, cuando estamos de vacaciones hemos de hacer otro tanto, o más. No empezar con excepciones innecesarias.
Para lograrlo necesitas sólo dos ingredientes básicos: ganas, porque sin eso no hay ni para comenzar, y organización, que la improvisación es tu peor enemiga en este objetivo.
Pero siempre nos vienen bien los ejemplos concretos, así que he reunido diez consejos para lograr que tus vacaciones en camping sean tan “residuo cero” como sea posible:
1. Haz compras básicas de comida con tiempo. Según tu forma de viajar, podrás comprar más o menos cosas. Pero sobre todo piensa en esas cosas que puedes comprar a granel cerca de tu casa, que seguramente te costará más conseguir durante las vacaciones. El resto, intenta comprarlo en vidrio o papel en lugar de plástico y latas. Aquí te dejo una lista de cosas que a nosotros nos ayudan a resolver comidas sanas y sin tantos residuos:
Legumbres: puedes cocer en el camping algunas, como las lentejas cocidas. Y el resto puedes comprarlas cocidas, en botes de vidrio. Con unas verduras crudas cortaditas y un buen aderezo, tendrás una ensalada fresca en un momento, y con un salteado de verduras, un rico plato caliente.
Cereales enteros: arroz, quinoa (nosotros la hemos dejado de comprar para el día a día, pero para el camping va genial porque se cocina muy rápido y es muy nutritiva), cous cous, mijo, el que te guste.
Pasta, que no falte.
Juliana de verduras secas (¡al menos así la llaman por aquí!). De esa deshidratada, que con un par de cosas más, tendrás un caldo en un ratito. Ojo, que aunque no lo parezca, algunas vienen cargadas de aditivos.
Tomates en conserva, que siempre te salvan una comida.
Frutos secos, frutas deshidratadas y semillas para evitar estar comprando chucherías en la ruta.
Un buen muesli de desayuno para algunos días. No soy muy de cereales de desayuno, pero de camping son muy prácticos.
Copos de avena para otros desayunos.
Maíz dulce (hay algunos ecológicos en botes de vidrio), aceitunas, pepinillos, etc. para alegrar algunas comidas o para picar.
Básicos de mi casa: aceite, sal, miel, canela, pimienta, vinagre de manzana
Frutas y verduras: intentamos comenzar el viaje con una compra para los primeros días.
2. Si vas de camping, es probable que no tengas una nevera eléctrica, así que hay que tener mucho ojo para no desperdiciar comida. Compra en formatos que podáis gastar en una sola comida porque las sobras serán un problema. Es ideal que cuentes con una nevera portátil en la que puedas alargarle unas horas la vida a esas sobras con un poco de hielo.
3. Si tienes tiempo, puedes llevar algunos platos preparados desde casa, al menos para los dos primeros días (asumiendo que no tendrás una nevera eléctrica, que es muy probable). O hacer tú misma algunas conservas de salsa para pasta, legumbres, etc También puedes preparar galletas, magdalenas, o incluso muesli y pan para que los primeros días no tengas que comprar.
4. Asumo que cuentas con una buena vajilla “de guerra”, vasos reutilizables, tazas, cubiertos de camping, etc. ¡Usar desechables no es una opción!
5. Lleva suficientes botellas reutilizables de buena calidad para todos y averigua sobre la calidad del agua del lugar al que vas. Probablemente será potable, y no tendrás que comprar agua embotellada. Y si te ves obligada a comprar agua embotellada, que sean garrafas de gran tamaño para rellenar tus cantimploras, y ahorrarás plástico.
6. Lleva un buen repertorio de táperes o viandas de tamaños variados, para guardar las sobras de alguna comida, para comprar comida preparada, carne, quesos y embutidos si comes, e incluso, algunos alimentos a granel. Para estas cosas también podrás reutilizar los botes de vidrio que vayas produciendo durante el viaje.
7. Que no se te olviden las bolsas reutilizables de tela: grandes, para llevar las compras, y bolsas pequeñas para comprar a granel frutas, hortalizas, frutos secos, pan, etc. Por cierto, aprovecha los paquetes de comida que no puedas evitar para tirar la basura pequeña.
8. Viaja con varios juegos de servilletas y trapos de tela, y evitarás toneladas de papel, además del plástico que las envuelve. Para los trapos, viene bien contar con trapos hechos de ropa vieja, que puede que regresen a casa un poco hechos polvo. Lleva un cubo pequeño en las que puedas irlos lavando cada vez que haga falta.
9. No, las toallitas húmedas tampoco pueden estar en tu lista de compra. Incluso las que dicen ser biodegradables, tardan mucho en deshacerse, vienen en plástico y, en general, no queremos desechables. Usa pañuelos de tela en su lugar, o simplemente, papel higiénico.
10. No necesitarás muchos productos de limpieza. Con un producto para limpiar la vajilla (y en este post de Vivir sin plástico hay hasta una receta para prepararlo en casa), el mismo vinagre que ya llevas para aderezar tus ensaladas como un limpiador multiusos y una pastilla de jabón puro, tendrás de sobras. Además, puedes usar esponjas vegetales en lugar de esponjas sintéticas, que arrojan microplásticos a esas aguas en las que te querrás bañar.
11. Cuando llegues al lugar, recórrelo para identificar con qué comercios contarás y qué te ofrecen. Identifica aquellos pequeños negocios donde puedas conseguir productos de proximidad, a granel y menos industrializados. No sólo ahorrarás residuos sino que además darás vida a la economía local.
12. Prepara un neceser de viaje sostenible: para las chicas, protección menstrual sostenible para no dejar residuos a tu paso: la copa menstrual es ideal para viajes, pero también puede que quieras combinarla con unas compresas o salvaslips lavables. Lleva una pastilla de jabón natural en lugar de gel de baño y champú sólido, y no sólo evitarás los envases sino también los detergentes que traen, que son más contaminantes. El mismo vinagre puede servirte como suavizante para el pelo. Un buen aceite vegetal como hidratante, y probablemente no necesites mucho más salvo la crema solar, que deberás escoger con mucho ojo.
13. Cuando hablamos de residuos, no solemos tomar en cuenta las emisiones de efecto invernadero, que son un residuo directo de nuestros desplazamientos y otros actos de consumo. Así que piensa en cómo vas a hacer tu viaje y escoge la opción más sostenible a tu alcance. Ordenados de mejor a peor, sería algo así: bici, tren, bus, coche privado, coche compartido, avión.
14. Piensa bien antes de comprar cualquier equipo de camping, ya sean sacos de dormir, esterillas, tiendas de campaña, cocina, mesa, sillas, lo que sea. ¿Realmente es necesario que lo compres? ¿Lo usarás con suficiente frecuencia o estará cogiendo polvo en un armario durante meses o años? Tal vez puedas compartir equipo de camping con amigos, y no sólo ahorraréis todos dinero, sino también espacio en casa y, algún día, residuos en el planeta. Y seguro que acabaréis mejor equipados entre varios.
15. Para terminar, un consejo que va más allá de todos los anteriores y te puede servir como brújula en esta ruta: actúa siempre desde el respeto. Al otro, al espacio, a tu propio cuerpo y a este planeta hermoso que vivimos. Si intentas tenerlo siempre presente, seguro que irás por buena ruta.
Si quieres profundizar un poco más en el movimiento zero waste, no dejes de leer este artículo con los mejores consejos para una vida zero waste y, para revisar más a fondo tu viaje, este post sobre viajes sostenibles. Ambos los escribí con la ayuda de estupendos ecobloggers para mi blog La Ecocosmopolita. Y si necesitas cosas lindas y prácticas que te ayuden a acercarte al movimiento residuo cero, dale una mirada a nuestro chiringuito virtual: Usar y Reusar.
Gracias infinitas por la compañía, mil gracias querida Alba por la invitación y, ¡felices vacaciones residuo cero!
Post invitado y fotografía de La Ecocosmopolita
P.D. Y tú ¿cuáles son tus trucos para unas vacaciones residuo cero?
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