Si me hubieran preguntado qué era la nutrición holística hace unos años, me hubiera encogido de hombros y hubiera pensado que se trataba de una de esas terapias o dietas místicas que de poco sirven a la gente. Hoy, sin embargo, es mi sueño y futura profesión.
No es un secreto que el tema de la salud ha cambiado mi vida de formas drásticas:
Desde perder a un ser querido a causa del cáncer, hasta encontrar mi lugar al hacerme vegana.
Desde sufrir trastornos alimenticios en la adolescencia, hasta recuperar una vitalidad y claridad mental con un cambio de dieta.
Desde decidir mi futuro sobre qué profesión desempeñar, hasta frenar en seco una enfermedad crónica a un familiar.
¡Y mi historia no es nada fuera de lo común! Todos hemos tenido momentos decisivos y transformadores por un tema relacionado con la salud, la enfermedad, o la alimentación. A mí, tras varios años, me han llevado a formarme para convertirme en Coach de Salud y Nutrición Holística. ¡Y de eso precisamente quiero hablar en este post!
¿Qué es la Nutrición Holística?
Está claro que nuestro sistema sanitario actual tiene un problema. Se forman grandes profesionales, pero tan solo en el ámbito de la cura. De los medicamentos. De la cirugía y de la droga. Y, ¿qué hay de la prevención?
Antes de caer enfermos, debemos saber cómo cuidarnos a nosotros mismos, cómo alimentarnos y cómo formar hábitos saludables que no desencadenen en enfermedades y dolencias. Y es ahí donde entra la nutrición holística.
La nutrición holística es, principalmente, un método para desarrollar una dieta sana y equilibrada teniendo en cuenta la totalidad de una persona. Es decir; no se centra en la restricción de calorías o en tratar síntomas, sino en desarrollar un plan personalizado que tenga en consideración todos los aspectos de la vida de alguien.
Aquí se incluye el estrés, el metabolismo propio de uno, las horas de sueño y de trabajo, las alergias, las relaciones sociales y familiares, el tiempo que tienes para hacer (o no) ejercicio, las creencias de uno, la manera que uno tiene de cocinar, etc. Sobre todo, se tienen en cuenta los efectos de la salud emocional en la salud física (una correlación que está comprobadísima en la ciencia... ¡solo hay que ver los grandes resultados de la meditación o del estrés en la salud de las personas!).
Así pues, la nutrición holística se centra en tratar la raíz de un problema, y no solamente sus síntomas. De esta forma, no solo se puede curar y revertir ciertos problemas, sino que también se pueden formar nuevos hábitos y estilos de vida que nos ayuden a mantener la salud por muchos años.
¿Qué hace un Coach de Nutrición Holística?
Ante todo, quisiera destacar que un coach no es un nutricionista de por sí (aunque hay nutricionistas que se forman también como coaches). Aun así, estas personas obtienen una educación no formal para ayudarte a encontrar los métodos que mejor te funcionen A TI y que puedan devolverte la salud en situaciones no graves.
Por ejemplo, un coach de nutrición puede ayudarte a evaluar tu actual situación de salud y bienestar o tus hábitos alimenticios. Puede educarte en lo que significa tener una buena alimentación, y explicarte más sobre los beneficios de ciertas comidas, terapias, o clases de alimentos. También puede ayudarte a encontrar las mejores prácticas para ti (si eres celíaco o intolerante a la lactosa, si no tienes tiempo para cocinar, o si siempre sufres de anemia, por ejemplo), e incluso crear menús y dietas personalizadas para ti.
No solo son consultores de salud, sino que también pueden ayudarte a tratar enfermedades y condiciones crónicas con la alimentación - siempre como algo complementario a aquellos tratamientos médicos a los que te estés sometiendo. ¡Quién sabe! ¡Tal vez un cambio de dieta te ayuda a dejar la mitad de tus medicamentos en unos meses, o incluso agiliza la recuperación de una cirugía!
Y es que la nutrición tiene un poder inmenso. Como decía Hipócrates, que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento.
¿Por qué estoy estudiando Nutrición Holística?
Tras experimentar con mi propia dieta y leer docenas de libros sobre alimentación y salud, eran varias las personas que me preguntaban en persona o en internet sobre qué podían hacer ellos para tener una vida más saludable. Yo disfrutaba compartiendo esa información, pero no fue hasta hace un año que me di cuenta de que realmente me apasionaba poder guiar a los demás de una manera más involucrada.
Fue así como decidí apuntarme a la escuela canadiense Nutraphoria, una de las mejores academias online para estudiar nutrición holística. Su programa dura de uno a dos años, y es serio, completo, y complejo. Nada de cursillos online que puedas aprobar con un par de búsquedas en Google; ¡aquí hay que currárselo! Y es que el consejo de la escuela se toma muy en serio el formar a profesionales que puedan ocuparse de clientes con problemas de salud.
Mi curso está dividido en cuatro sub-cursos que me forman en distintos ámbitos de la nutrición y la salud. El primer curso, que terminé en un par de meses, se trataba sobre los principios de la Salud Integral. Lo que estudié fue:
Fundamentosde una buena dieta
Todo sobre las proteínas, las grasas y los carbohidratos
Todo sobre las vitaminas y los minerales
La relación entre cuerpo y mente
La relación entre salud y alimentos
Los beneficios de algunos súper alimentos (no-spoiler: ¡comed kale!)
Los principios del Ayurveda (medicina tradicional hindú)
Conceptos y etiquetas de la industria alimentaria (sumario: nos engañan como tontos y las leyes lo permiten; ¡lee siempre las etiquetas y que no te engañen las frases publicitarias!)
Aunque este fue solo un curso introductorio, he de decir que aprendí muchísimo incluso habiendo leído sobre todos estos temas anteriormente. Y, por supuesto, me sorprendí mucho con todo lo que descubrí.
Lo que me quedó más que claro es que nos falta mucha INFORMACIÓN para si quiera poder tomar decisiones propias sobre nuestra salud. Y esa falta de información y educación es todavía otra razón por la que quiero dedicarme a esto y ayudar a los demás.
Al final del día, no somos síntomas. Somos personas que quieren sentirse bien. Y, yendo un paso más allá, si queremos terminar con los horripilantes datos de que las generaciones más jóvenes, por primera vez, vivirán menos que sus padres; si queremos que las plagas de diabetes, cáncer, fibromialgia y lupus terminen; si queremos vivir muchos años, pero siempre con calidad de vida incluida, necesitamos tener un enfoque holístico o integrado de nuestra salud.
De momento, ¡que no se te olvide la palabra holística! Estoy convencida de que cada vez se normalizará más este concepto, puesto que es el camino lógico que nos queda por recorrer.