La adición de alcohol a jabones opacos, elaborados por saponificación en frío, no es práctica porque le restará dureza, burbujas, persistencia y acondicionado, aunque aumenta su poder de limpieza (ver tabla de aditivos). Por eso sólo lo usaremos con el fin de conseguir transparencia en el jabón.
¿Cómo se agrega el alcohol y cuando?
Si has leído la receta que hemos hecho de jabones transparentes (la puedes ver aquí), habrás comprobado que el alcohol se agrega una vez ha reposado la primera fase del jabón. Al añadirlo y remover se observa como la masa de jabón se disuelve y se convierte en un líquido claro de color ámbar, esto es debido (tal y como explicamos en el artículo anterior) a que se rompen los cristales formados (impermeables a luz) que dan opacidad al jabón, consiguiendo de esta manera que pueda pasar la luz a través del líquido y obtener así la transparencia deseada.
¿Qué alcohol utilizar?
Existen varios tipos de alcohol en el mercado, pero nosotros utilizaremos el alcohol etílico (etanol) desnaturalizado de grado cosmético (96º), que es un alcohol obtenido por fermentación de almidones, azúcares y otros carbohidratos.
Podemos usar también el alcohol etílico alimentario (licores como el vodka), pero es bastante más caro y no tiene una graduación tan alta como el alcohol etílico desnaturalizado. Realmente ambos son el mismo producto sólo que el alcohol cosmético se desnaturaliza (a través de la adición de varios compuestos como acetonas, benceno, vinagre, etc.) para evitar su uso como bebida.
Encontraréis en el mercado también el alcohol isopropílico, que es mucho más económico que el etanol y se produce durante el proceso de refinamiento del petróleo (gas propileno). Pero no es un disolvente tan fuerte como el etanol y los jabones obtenidos con este alcohol resultan menos transparentes.
Se puede comprar etanol desnaturalizado en supermercados, droguerías o al por mayor en proveedores de industrias químicas.