Propiedades del vino tinto:
Como sabrás, el vino tinto se obtiene por fermentación del jugo de la uva negra (mosto) y durante este proceso se extraen sus polifenoles, los cuales contienen una gran cantidad de antioxidantes que son los responsables del anti-envejecimiento de la piel, ya que neutralizan los radicales libres, la regenera, reafirma y tonifica, lo cual ayuda también a reducir la celulitis.
Además de los polifenoles, el vino tinto, al igual que las otras bebidas elaboradas con uvas como el cava o el champagne, posee resveratrol y numerosos oligoelementos (hierro, niquel, selenio y silicio), que el organismo no produce por si mismo y son muy importantes para el funcionamiento de las células cutáneas.
Por todo esto podemos deducir que un jabón elaborado con vino tinto es ideal en tratamientos anti-edad y en pieles castigadas por el sol que necesitan más cuidados y reparación.
Dosis y recomendación de uso:
De la misma forma que los jabones elaborados con leche, el vino tinto se puede agregar al 100% cómo disolvente de la sosa, o mezclado con agua. Para hacerlo mezclado con agua se utiliza un 50% o menos de agua destilada (puede ser congelada para que tarde menos en enfriarse) para diluir la sosa y cuando la temperatura esté por debajo de los 50ºC se le agrega el vino tinto. Al no exponerse a tan alta temperatura las propiedades del vino se verán menos dañadas.
O también podemos agregar una reducción de vino en el momento de la traza. Para ello se deja calentar entre 1 o 2 horas (dependiendo de la cantidad que utilices) para que se evapore el agua y nos quede el líquido más concentrado. Éste se puede agregar después en una dosis no superior al 5%.