Contaminación Digital: Impacto medioambiental de los correos electrónicos


Los correos electrónicos se han convertido en una de las vías de comunicación más habitual en la actualidad. Recibimos y enviamos correos constantemente, ya sea en nuestro ámbito laboral o personal. Actualmente, se calcula que se envían alrededor de 100.000 millones de correos electrónicos a diario. Pero, ¿te habías parado a pensar en la contaminación de los correos electrónicos o emails?

Contaminación Digital: Impacto medioambiental de los correos electrónicos

¿De qué manera contamina un correo electrónico?

A priori, podemos pensar que el envío de correos electrónicos es una opción de comunicación sostenible, debido a que no genera residuos físicos, pero la realidad es que sí tiene cierto impacto en el medioambiente.

Y es que la huella de carbono generada por un correo electrónico procede de la energía necesaria para el envío del mismo. Es decir, desde la electricidad empleada para alimentar el dispositivo digital desde dónde se escribe y emite el email, hasta el dispositivo dónde se recibe.

Además, también consumen energía todos aquellos servidores e infraestructuras que hacen posible el envío y almacenamiento de dichos correos.

¿Cuánto contaminan los correos electrónicos?

Cabe destacar que la contaminación de los correos electrónicos también dependerá de cuán largo sea este. También juega un papel importante cuán grandes sean los archivos adjuntos incluidos en él: a más tamaño, más contaminante será, ya que se requerirá más energía para procesarlo y enviarlo.

La huella de carbono de un email puede ser de hasta 4 gr. de CO2, aunque si contiene archivos adjuntos o imágenes, puede llegar gasta los 50 gr.

Actualmente, los emails conocidos como spam forman parte de una de las preocupaciones en el panorama de la contaminación digital, ya que conforman el 85% del total de los correos enviados. Este tipo de correo suele ser información que no hemos solicitado, y la mayoría de veces no nos resulta interesante y va directo a la basura, por lo que puede suponer un gasto de energía innecesario. Además, suele ir acompañado de imágenes para llamar nuestra atención, por lo que su huella de carbono aumenta.

¿Qué podemos hacer para reducir la huella de carbono de los correos electrónicos?

En el 2020, año en el que comenzó la pandemia por el Covid-19, se enviaron diariamente alrededor de 306.400 millones de correos electrónicos. Traducido en términos de sostenibilidad: la contaminación digital durante ese mismo año supuso el 3,7% de las emisiones de CO2 totales, superando así el sector de la aviación.

Entonces, ¿tenemos que dejar de escribir correos electrónicos? No será necesario, simplemente, te invito a ser consciente de la repercusión que tienen nuestras acciones en el mediombiente, y dentro de las posibilidades de cada uno, intentar ser lo más sostenible posible.

Para reducir la huella de carbono en relación con el envío y recibimiento de correos electrónicos, te recomiendo las siguientes acciones (como te puedes imaginar, se parecen mucho a las Rs del Residuo Cero).

No envíes correos electrónicos innecesarios.

Revisa tu bandeja de correo en general y especial la de spam o la de correo no deseado, y haz limpieza. Almacenar emails que no necesitas de hace años ocupa espacio en la nube y en los servidores.

En el momento de redactar un mail, ve al grano y evita alargarlo innecesariamente.

Crea filtros anti-spam para evitar la llegada de este tipo de contenido.

Si vas a enviar fotos o archivos grandes, comprímelos.

Evita los envíos masivos de mails.
Recuerda que simples acciones como estas en relación a cómo nos comunicamos por email también puede ayudar a nuestro medioambiente.

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