Como sabéis los que seguís el blog, la felicidad es un tema que me apasiona. Por muchas razones, pero principalmente porque creo que es una de las pocas cosas que une a toda la humanidad. Todo el mundo quiere ser feliz. Y todos buscamos nuestras propias maneras de conseguirlo. Leemos, investigamos y experimentamos con todo tipo de propósitos y objetivos vitales para tratar de descifrar los ingredientes de nuestra propia felicidad.
Es por eso por lo que hace aproximadamente una semana una noticia poco usual despertó mi curiosidad. Resulta que hace sólo unos días salía a la luz lo que algunos han llamado la “teoría de la felicidad” de Albert Einstein, el gran genio del siglo XX. Y obviamente, una servidora se moría de ganas de leer lo que tenía que decir el creador de la teoría de la relatividad al respecto.
LAS NOTAS DE LA FELICIDAD DE EINSTEIN
Los consejos sobre la felicidad del científico que acaban de salir a la luz no son más que dos notas manuscritas que el científico regaló a un mensajero en el año 1922 al no tener suelto para propina. Le aseguró que en un futuro las notas tendrían algún valor, y así ha demostrado ser, ya que éstas han alcanzado la cifra de 1 millón y medio de dólares en una subasta realizada en Jerusalén hace unos días.
Lo cierto es que gracias a esa ocurrencia, en 2017 podemos seguir descubriendo las enseñanzas del maestro, con el aliciente de que no tenemos que ser licenciados en física para entenderlas y aplicarlas. Pero, ¿qué decían las notas de la felicidad de Albert Einstein? Pues exactamente esto:
“Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica”.
“Donde hay una voluntad, hay un camino”.
EL DISFRUTE DE UNA VIDA SENCILLA
Centrándonos en la primera frase, Einstein resalta el valor de una vida modesta y sin sobresaltos para alcanzar la felicidad. Y no puedo estar más de acuerdo. En mi corta y humilde experiencia personal, y desde el enorme privilegio que me concede haber nacido en un país desarrollado y en una familia que pudo cubrir mis necesidades básicas, creo que pocas cosas pueden hacernos tan felices como llevar una vida sencilla.
No es por hacerle honor al nombre del blog, pero una vida simple, entendida como una existencia en la que seamos conscientes de lo que realmente necesitamos y en la que prime lo verdaderamente importante para nosotros (sea esto nuestra familia, tiempo, aficiones o amistades), será infinitamente más feliz que una vida dedicada a cumplir expectativas auto-impuestas o a hacer realidad lo que otros esperan de nosotros.
LA PERSECUCIÓN DEL ÉXITO
Y llegados a este punto, me gustaría centrarme en la segunda parte de esa primera frase de Einstein: “trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica”. Porque el éxito es un seductor muy poderoso. De hecho tanto o más que la felicidad. El problema es cuando entendemos el éxito como la aprobación externa y lo asociamos con el camino directo a la felicidad.
Y digo esto porque no creo que haya nada malo en el éxito si lo entendemos como autorrealización, precisamente de lo que habla Einstein en la segunda frase: “Donde hay una voluntad, hay un camino”. Si para alguien es importante dedicarse a lo que me gusta y se siente realizado con ello, eso ya será un éxito. Mientras que para otra persona el mismo éxito residirá en criar hijos decentes y buenas personas o en tener la libertad para disponer de su tiempo como quiera.
El problema surge cuando tenemos que sentirnos validados para alcanzar ese éxito que creemos que nos llevará a la felicidad. Un camino que sólo nos desgastará e, irónicamente, nos llevará a la frustración y a esa inquietud vital de las que nos habla Einstein.
P.D. Y tú ¿qué opinas de los consejos sobre la felicidad y el éxito de Einstein?
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