De ese total, menos del 10% fue reciclado. Sin embargo, la contaminación plástica podría reducirse en un 80% para el año 2040 si los países y las empresas realizan cambios significativos en las políticas y en el mercado utilizando las tecnologías existentes.
Así lo señala un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Con el objetivo de formar parte de la solución, las alumnas Marina Moura y Amanda Pereira han desarrollado en Bahía un bioplástico basado en la planta acuática llamada Enea. Espadaña o Totora.
La Thypha domingensis, conocida popularmente como tule, totora, espadaña o anea,, es una planta acuática que se encuentra en ríos, manglares y pantanos. Es una planta herbácea perenne que alcanza una altura de unos 2,5 metros y durante la temporada de reproducción produce espigas de color café que contienen millones de semillas que se dispersan por el viento.
Bajo la supervisión de la profesora Margarete Correia, el dúo explica que el proceso de fabricación del bioplástico se divide en etapas. Primero se extrae el almidón de la planta, la cual es recolectada, lavada, cortada y triturada en una licuadora con agua. Después de este proceso, el líquido se filtra y se somete a decantación. A continuación, se produce el plástico biodegradable a partir del almidón y, por último, se realiza una prueba de espesor.
La idea de desarrollar el bioplástico utilizando la totora como materia prima surgió dentro del aula en el Centro Estadual de Educação Profissional Gestão e Tecnologia da Informação Álvaro Melo Vieira, en Ilhéus, Bahía.
Estábamos estudiando los plásticos convencionales y los problemas que causan en la naturaleza, especialmente en los océanos. Descubrimos como alternativa el bioplástico, que proviene de fuentes renovables como la celulosa o el almidón. Esta información despertó nuestro interés e investigamos sobre plantas hasta que encontramos la espadaña , cuenta Marina Moura.
Para Amanda Pereira, el producto tiene una gran ventaja sobre otros existentes en el mercado, ya que utilizan como materia prima un cultivo considerado una plaga. Utilizamos una materia prima que nunca antes se había utilizado para este propósito, ya que muchas personas consideran que solo es una plaga presente en los ríos, pantanos y manglares. Con nuestro producto, le damos un nuevo uso y agregamos valor a la planta.
El proyecto, que forma parte del Programa Ciência na Escola de la Secretaría de Educación, obtuvo el primer lugar en la categoría de Ciencias Biológicas, Ciencias de la Salud y Ciencias Agrarias en la 10ª Feria de Ciencia, Emprendimiento e Innovación de Bahía (Feciba). Las jóvenes científicas también cuentan con el apoyo de la Universidad Estatal de Santa Cruz (Uesc). La orientadora Margarete Correia destaca que el producto aún está en desarrollo. Realizaremos pruebas de tracción, permeabilidad y solubilidad, y mejoraremos nuestro material para que sea eficiente, concluye.
Cómo reducir la contaminación plástica
El desarrollo de materiales alternativos, como el bioplástico de espadaña , es uno de los caminos señalados por el PNUMA para reemplazar la contaminación plástica con una economía circular.Para reducir la contaminación plástica en un 80 % en todo el mundo para el año 2040, este nuevo informe del programa ambiental de la ONU sugiere, en primer lugar, eliminar los plásticos problemáticos e innecesarios para reducir el tamaño del problema. Luego, el documento pide tres cambios en el mercado: reutilizar, reciclar y redirigir y diversificar los productos:
Reutilización: Promover opciones de reutilización, como botellas rellenables, dispensadores a granel, sistemas de depósito y devolución de envases, entre otros, podría reducir la contaminación plástica en un 30 % para 2040. Para aprovechar su potencial, los gobiernos deben ayudar a crear modelos comerciales más sólidos para los productos reutilizables.
Reciclaje: Es posible reducir la contaminación plástica en otro 20 % para 2040 si el reciclaje se convierte en una actividad más estable y rentable. La eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles, la aplicación de pautas de diseño para mejorar el reciclaje y otras medidas pueden aumentar la proporción de plásticos económicamente reciclables del 21 % al 50 %.
Redirigir y diversificar: Reemplazar cuidadosamente productos como envases de plástico, bolsas y envases para llevar con productos fabricados con materiales alternativos (como papel o materiales compostables) puede proporcionar una reducción adicional del 17 % en la contaminación plástica.
Incluso con estas medidas, aún será necesario abordar de manera segura aproximadamente 100 millones de toneladas de plásticos provenientes de productos de vida corta y uso único anualmente hasta 2040, junto con una significativa herencia de contaminación plástica existente en el medioambiente. Para ello, se requieren acciones como establecer estándares de diseño y seguridad para la eliminación de residuos plásticos no reciclables, así como su implementación, y responsabilizar a los fabricantes por los productos que liberan microplásticos, entre otras medidas.
El informe también aborda políticas específicas, incluyendo estándares de diseño, seguridad y plásticos compostables y biodegradables; metas mínimas de reciclaje; sistemas de Responsabilidad Extendida del Productor (REP); impuestos; prohibiciones; estrategias de comunicación; compras públicas y etiquetado.
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