Después de conocer la historia de la familia de Liliana y José y la de Óscar, hoy en la serie “Gente maravillosa de vida simple” hablamos con Lourdes. O, como muchos la conocemos, Slow Lou. Porque Lourdes es, además de bailarina profesional, terapeuta holística y psicóloga budista, la blogger detrás de este espacio en el que podemos encontrar recursos sobre meditación, psicología budista y mucho más.
Nacida en Barcelona, pero residente en Suecia, Lourdes también es la tercera parte de Nanit Handmade, una empresa de artesanía que ha fundado junto a sus hermanas Laura y Laia.
¿Cómo surgió la idea de crear Nanit Handmade?
Laura estaba cansada de buscar un trabajo que le permitiese pasar tiempo con sus hijas, así que un día tomó la decisión de crear el trabajo a su medida. Yo me animé a ayudarla con todo el tema de social media pero acabé involucrándome en la creación de productos. A los pocos meses Laia, un poco quemada también de no poder pasar tiempo con sus hijos se unió llevando todo el tema de tiendas pero claro, las ganas también la pueden y es la responsable de crear las deliciosas velas que podéis ver en el catálogo.
Vuestro producto se basa en la reutilización de telas antiguas, ¿Por qué decidisteis trabajar con ese material?
En Suecia, gracias a mi suegra, di con un arsenal de telas sin usar muertas de risa. Restos de stock de su antigua tienda. Todo comenzó con un ¿puedo llevarme algunas? y la cosa escaló hasta convertirse en la parte más importante de apoyo del proyecto ya que empezamos con presupuesto cero.
Nanit es un proyecto de tres hermanas, ¿Cómo está siendo la experiencia de crear una empresa con tu familia?
Lo mismo que cualquier otra empresa supongo, pero con muchas risas, mucha complicidad y mucho amor de por medio.
El proyecto acaba de despegar ¿Cómo estáis viviendo esta etapa?
Aprendiendo sobre la marcha, con muchas ganas y, aunque a veces nos da la prisa, entendemos que es una carrera de fondo.
¿Tienes algún truco para afrontar el emprendimiento desde el movimiento slow?
Mucha paciencia y mucha honestidad. Ganas de hacer las cosas bien, sin trampear, practicando el comercio de proximidad y usando la conversación directa como arma. No hay grandes inversiones ni prisa ninguna, pequeñito y bien hecho… el resto viene por añadidura.
En tu bitácora hablas de tu vida en Suecia ¿Cuál es la costumbre, el ritual o el rasgo de personalidad que más te gusta de los suecos?
Desde mi experiencia subjetiva como española en Suecia puedo decir que una de las cosas que más me alegra ver, en comparación con España, es la responsabilidad social de los ciudadanos. Desde el reciclado impecable hasta el pago inexcusable de impuestos, todo en pos de una sociedad que funcione para todos. Luego también tienen cosas que no me gustan nada, pero ahí ya entra mi mente limitada a juzgar lo que es bueno y lo que no…
Has vivido en varios países ¿Crees que Suecia es el definitivo?
Si hubieses pasado aquí algún invierno ya sabrías la respuesta jajajaja. No, no es el definitivo. En todo caso solo la vida sabe donde voy a respirar por última vez.
¿Nos podrías contar cómo es un día en tu vida?
Yo tengo una vida de lo más normal. Me despierto pronto, me doy una hora para ponerme en orden en la que incluyo la práctica de meditación, yoga, dar de comer a las gatas y un desayuno tranquilo. Después me pongo a trabajar. Lo hago desde casa, Slowlou es ahora mi trabajo. Paro sobre las 12 para arreglar la casa, ir a la compra u otros menesteres, como y me echo la siesta. Sobre las 17 vuelvo a trabajar un par de horas más y luego ya es tiempo con mi chico. Nos vamos a escalar, damos un paseo, vemos una peli… ahora estamos de reformas en la cocina, eso nos está quitando mucho tiempo pero construir siempre es emocionante. Me suelo acostar sobre las doce, me duermo en un pis-pás. Y vuelta a empezar.
Vives en Malmö pero pasas temporadas en el bosque sueco ¿Qué ha supuesto para ti experimentar tan de cerca la naturaleza?
La naturaleza es algo que siempre ha estado muy presente en mi vida. Desde bien pequeña mis padres nos llevaban a veranear a un pueblecito del Pre-Pirineo. A los once años me uní a la asociación de scoutts de mi barrio, una vez al mes salíamos de acampada. Mis padres siempre han estado muy en contacto con la naturaleza, no es una novedad, lo encuentro algo imprescindible y natural. Ahora, la naturaleza en Suecia es otro mundo, eso sí. Mucho más exagerada y exuberante.
Hablemos ahora de meditación y psicología budista ¿Cuándo te empezaste a interesar por ellos?
Creo que mi primer acercamiento a la meditación fue a finales de mi adolescencia, alrededor de los 18 años, desde una perspectiva muy new age. El budismo llamó a mi puerta unas Navidades en el 2005.
¿Qué ha supuesto para ti aplicar los principios del budismo en tu vida?
Orden, responsabilidad, claridad. Los principios del budismo no son más que un código ético. Creo que a mi me ha dado calma y tranquilidad, pero lo más importante es lo que puedo dar yo a los demás gracias a la práctica, no tanto lo que me da a mí… aunque considero absolutamente necesario empezar por uno mismo para poder hacer algo por los demás.
Para los lectores que no están familiarizados con esta filosofía, ¿cuál crees que es el principio más importante del budismo, ese que te parece que todo el mundo podría aplicar?
El budismo te muestra cuáles son las causas del sufrimiento y de la incomodidad. A través de las enseñanzas y las prácticas aprendes a ver cómo es nuestra propia mente la que, por descontrol e ignorancia, nos lleva a asumir que lo que vemos y experimentamos es verdad, cuando en realidad nos pasamos el día entero interpretando la vida a través de una mente llena de confusiones.
El apego, el miedo, la necesidad de control, la búsqueda de los placeres sensoriales y la creencia de que somos individuos independientes sienta las bases de una experiencia incompleta, una experiencia ignorante.
Precisamente, en tu bitácora también sueles hablar de apego y aquí en Una Vida Simple hablamos mucho de las necesidades que nosotros mismos creamos. Para ti ¿qué es lo absolutamente imprescindible?
Lo que es absolutamente imprescindible para vivir es agua, un mínimo de comida, un techo, quizás una manta en invierno y acceso a un servicio médico en caso de necesitarlo. A eso se le puede añadir, aunque no es imprescindible, un grupo de personas con el que socializar de un modo sano. El resto deja de ser necesario para ser un extra. Visto así puedes poner todo lo que crees necesitar en perspectiva y desarrollar un agradecimiento honesto y una compasión amorosa hacia todo aquel que sufre de necesidades.
Y por último, la pregunta que hacemos a toda la gente maravillosa de vida simple: ¿Podríais resumir en una sola frase tu filosofía de vida?
Doma tu mente, no juzgues y disfruta de la aventura de la vida sin aferrarte a ella.
¡Muchísimas gracias Lourdes por esta entrevista y por tus reflexiones!
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