La base de este jabón es de aceite de oliva (80%), aceite de coco (20%) y aloe vera (1 cucharada de gel), con añadido de vitamina E para conservarlo por más tiempo, y una vez refundido le hemos añadido avena, fragancia de fresa y colorante alimentario rosa. Aunque los colorantes y fragancias alimentarias no son los más idóneos para los jabones, porque no perduran y su olor y color se van pronto, queríamos experimentar con ellos y contaros el resultado.
Las cantidades de colorantes que se usen son muy importantes, ya que un exceso puede hacer que la pastilla destiña y nos manche la piel o la ropa, nos daremos cuenta de ello por el color de la burbuja, siempre debe ser blanca. Nosotras hemos usado una cucharadita pequeña para un kilo aproximado de jabón y nos ha quedado así. La verdad es que son bastante chulas y divertidas, pero para otra ocasión usaremos colorantes naturales, que son más estables y hay una variedad mayor de colores, incluso de tonos perlados o minerales (dorados, plateados, de cobre, etc.).
Para ponerle color, lo mejor es sacar un poco de jabón en un tarro cuando lo estés refundiendo, añadir ahí el colorante y remover hasta homogeneizar. Una vez disuelto se mezcla con todo el jabón. La fragancia se añade al final cuando el jabón está templado.
Estas pastillas de jabón, al igual que todas las de colores, se deben guardar en un sitio oscuro para que la luz no las vuelva blancas, pero como las vamos a usar pronto no creo que de lugar a que se aclaren si quiera.