Sin embargo, me quedé con la duda y quise saber más ¿cómo era posible que la cría de mis adoradas y aparentemente inofensivas vacas (el animal sagrado de cualquier cántabro que se precie) fuera tan perjudicial para el planeta?
Así que comencé a profundizar en el tema y aprendí no sólo que lo que me habían contado era cierto, sino que las consecuencias derivadas de la explotación ganadera de este animal van mucho más allá del metano producido por una nada despreciable cantidad de flatulencias vacunas.
LOS PROBLEMAS DE LA GANADERÍA DE VACUNO
1. El gas metano
Los gases producidos por el ganado vacuno podrían parecer un problema menor, pero nada más lejos de la realidad. Se calcula que sólo en nuestro país, más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero son consecuencia de los eructos (que no pedos) de las vacas y otros rumiantes como cabras y ovejas.
¿Y qué es el metano? Pues al igual que el CO2 el metano es un gas de efecto invernadero. Sin embargo, a diferencia de éste, el metano es más potente y sus efectos son mucho más perjudiciales para la atmósfera.
2. Excesivo consumo de agua por cada kg de carne
Según la FAO se requieren 15.000 litros de agua para producir un kg de carne entre el agua utilizada para cultivar el grano y alimentar a las vacas y el agua utilizada para darles de beber. Por lo tanto cada vez que nos comemos un chuletón de medio kilo estamos consumiendo el mismo agua que si pusiéramos 116 lavadoras. Impone, ¿verdad?
3. Deforestación y desaparición de especies
La necesidad de campos de cultivo para plantar grano con el que alimentar los 1.700 millones de cabezas de ganado vacuno que se calcula que existen en el planeta tiene consecuencias muy graves para vida en la tierra. Dos de ellas: la deforestación de bosques y la extinción de especies animales. De hecho, la causa principal de la deforestación del amazonas se debe a la imparable demanda de terrenos para agricultura y ganadería.
ALTERNATIVAS A LA CARNE DE TERNERA: ¿QUÉ PODEMOS HACER?
Está claro que nosotros solos no vamos a resolver un problema mundial que además tiene muchísimas implicaciones a nivel cultural, económico y social, pero sí podemos aportar nuestro granito de arena al igual que lo hacemos reduciendo el plástico o ahorrando papel en casa. Así que aquí os propongo un listado de posibles alternativas para hacer frente a este problema:
1. Establecer uno (o varios) días sin carne en casa
Esta iniciativa no es nueva, incluso cuenta con una campaña propia: el meat free monday o los lunes sin carne. Es una alternativa realmente fácil de aplicar, ¿por qué no probarlo?
2. Cambiar el consumo de carne de vacuno por la de pollo
Podemos reducir al máximo o eliminar completamente de nuestra dieta la ingesta de carne de vacuno y sustituirla por la de pollo, mucho menos perjudicial para el medio ambiente. Según el documental Before the flood, este gesto tan sencillo reduciría en hasta un 80% las emisiones de cada uno de nosotros ¿no es increíble?
3. Eliminar completamente la carne de nuestra dieta
O lo que es lo mismo, hacernos vegetarianos. Es una opción que implica un nivel de compromiso mucho mayor y para la que algunos, entre los que me incluyo, no estamos preparados. Sin embargo, está claro que es la alternativa más eficaz contra este problema.
TAMBIÉN LA LECHE
Aquí nos hemos centrado en los problemas derivados de la producción de carne de vacuno aunque muchos de estos problemas también derivan de otro producto: la leche de vaca. ¡Pero eso da para otro post!
Espero que este artículo haya aclarado tus dudas respecto a por qué la carne de ternera es la más perjudicial para el medio ambiente y que hayas encontrado alternativas que te convenzan por si te apetece cambiar tu dieta para hacerla más sostenible.
P.D. Y tú ¿eras consciente del problema con la ganadería intensiva? ¿tienes pensado hacer algo al respecto? ¡Cuéntamelo todo en comentarios!
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