Esta capacidad acondicionadora del yogurt es producida por su contenido en proteínas de bajo peso molecular, que penetran en las capas más profunda de la piel, nutriéndola y evitando su pérdida de agua. Además de estas proteínas contiene otras de alto peso molecular que crean una barrera en la piel que la protege contra agresiones y produce un efecto rearfimante.
El yogurt es un agregado muy completo porque es rico en minerales, calcio, fósforo, azúcares, lactosa, multitud de vitaminas como el ácido fólico y un compuesto llamado alfa-hidroxiáxidos que actúa como antioxidante evitando el envejecimiento de la piel y promoviendo su regeneración.
Por lo tanto, como comprobarás, no es por gusto el hecho de que se use el yogurt en cosmética desde antaño y por su puesto a nosotras no nos podía faltar esta receta en nuestro catálogo.
La dosis recomendada es de un 5% cómo máximo del peso total del jabón, es decir unos 50 gramos por cada kilo. El añadido de más cantidad lo ablandaría y le restaría capacidad de espuma. Se agrega en el jabón una vez llegado a la traza y después se vierte en el molde de manera habitual. No es necesario añadir conservantes porque el yogurt ya los trae.
Receta de Jabón de yogurt y miel:
¿Qué necesitamos?
800 g de aceite de hueso de oliva.
200 g de aceite de coco.
355 g de leche de avena y vitamina E. También se puede usar agua destilada pero hemos querido enriquecer la receta con este preparado que teníamos ya elaborado.
137 g de hidróxido de sodio (sosa).
75 g de yogurt griego (también puede ser natural).
1 cucharada de miel.
Aceites esenciales: lavanda y sándalo.
¿Cómo se hace?
Al igual que recomendamos siempre, tomaremos todas las medidas de seguridad necesarias: guantes, gafas y mascarilla.
2. Si ya tenemos preparada la leche de avena, la enfriamos en el congelador unos minutos y a continuación le agregamos encima la sosa poco a poco y removemos hasta que se disuelva. Si quieres saber cómo hacerla lo puedes leer en el siguiente enlace: cómo hacer jabón de avena. O si lo prefieres puedes utilizar como siempre agua destilada normal.
3. Cuando la temperatura de la lejía haya bajado a unos 50ºC, templamos un poco los aceites hasta la misma temperatura y en ese momento vertemos la lejía encima de los aceites y batimos lentamente hasta llegar a la traza.
4. A continuación le añadimos el yogurt, la miel y los aceites esenciales. Batimos un poco para homogeneizar y vertemos en el molde.
5. Por último, lo tapamos y abrigamos bien para que gelifique y al día siguiente ya estará duro para poderlo cortar en pastillas, que dejaremos reposar 40 días para que adquieran el pH adecuado para su uso sobre la piel y poderlas disfrutar con total tranquilidad.
Estos jabones que hemos elaborado nosotras estarán disponibles para su venta a partir del 28 de Febrero. ¡Resérvalos ya que se acaban!