El acto, al que asistió Leticia Jaramillo representando a Global Humanitaria, posibilitó el iintercambio de impresiones entre el presidente Santos y Marina Gallego, Coordinadora nacional de la Ruta Pacífica de Mujeres, que actuó como portavoz de las organizaciones de mujeres que en Colombia trabajan por la construcción de paz.
Santos afirmó que las mujeres y los jóvenes son el motor de la construcción de la paz y que el país y el gobierno tienen que empezar a verse en femenino, para ir cerrando las brechas de desigualdad y discriminación. Según él, cuando se silencien los fusiles comienza el trabajo duro, porque “la creación de la paz, que ojalá, sea de todo el país, requiere un gran esfuerzo, una gran coordinación, una gran generosidad”, explica Leticia..
Recuperar los valores destruidos por la violencia
Durante el evento Santos recordó un artículo en el cual se afirmaba que esta guerra que ha durado tres generaciones le ha quitado a la sociedad colombiana la compasión, la empatía y la solidaridad. Y eso es lo peor que puede perder la sociedad, hay que recuperarlas..Una guerra tan prolongada acostumbra al ser humano a la violencia, a no sentir el dolor ajeno.
El Presidente mencionó que en este proceso de paz que ya dura 6 años, quienes le dieron la mejor lección de vida y de quienes más ha aprendido es de las víctimas, ya que al reunirse con ellas, esperaba encontrarse con personas llenas de resentimiento y deseo de venganza; por el contario se encontró con seres humanos con una gran capacidad para perdonar y que apuestan por la construcción de un país mejor y en paz.
Afirmó que se debe empezar a construir una Colombia que recupere el orden natural de las cosas, tan sencillo, pero tan poderoso, donde sean los hijos quienes entierran a sus padres y no al contrario.
La Ruta Pacífica de las mujeres
Por su parte,, la representante de la Ruta Pacífica afirmó que “las mujeres estamos listas para construir la paz”, La Ruta Pacífica lleva 20 años construyendo paz en medio de la guerra y su compromiso y participación en el proceso de paz se dio desde sus inicios. Mujeres indígenas, afrodescendientes, campesinas, urbanas, jóvenes, mayores, artistas, funcionarias, amas de casa, profesionales, sindicalistas, víctimas del conflicto armado y múltiples organizaciones sociales de mujeres y mixtas recorrieron el país, en 2015, expresando su apoyo al proceso de negociación entre el Gobierno y las Farc-EP y en respaldo a la firma del Acuerdo final.
Marina (en la imagen, en el centro) le recordó al presidente colombiano que “las mujeres somos importantes porque podemos incidir en la cultura de la no violencia, de la reconciliación y de la convivencia como valores centrales de la sociedad. La guerra se ha llevado el presupuesto de lo social, se ha llevado a nuestros hijos e hijas, nos ha degradado y nos ha llenado de odios. Es urgente que se silencien los fusiles y se implemente el Acuerdo de Paz con la participación de nosotras las mujeres”. “Nosotras no parimos hijas e hijos para la guerra, sino para la vida “, concluyó.
Desde el 2009, Global Humanitaria ha apoyado en Tumaco y la Costa Pacífica Nariñense el empoderamiento y la organización comunitaria de las mujeres afrodescendientes, actualmente claves para la construcción de paz en uno de los territorios más afectados por el conflicto armado.
Imagen: Desde arriba: el presidente Santos recibe el libro que recoge las 7000 firmas de mujeres colombianas por la paz / Marina Gallego,de la Ruta Pacífica de las Mujeres, toma la palabra ante el presidente.. (Global Humanitaria)