La lista de invitados no es una excepción. De hecho, es una de las cosas más importantes después de saber qué es lo que queremos y necesitamos, ya que esas personas son las que nos acompañarán y las que construirán con nosotros el recuerdo de ese día.
Por eso hoy os hablo de algunos trucos propios y ajenos para hacer una buena lista de invitados: formada con personas que nos hagan sentir cómodos y que tenga el tamaño ideal para nuestra celebración. ¿Vamos?
REPASAD VUESTRA BODA IDEAL
En el anterior post hablaba de que es muy útil tomarse un tiempo para debatir cómo queréis que sea vuestra celebración. Vuestro tipo de boda va muy de la mano con vuestra lista de invitados. Por ejemplo, no es lo mismo hacer una lista para un enlace con dos testigos, que para una celebración con varias decenas de familiares y amigos. Elegid qué tipo de boda queréis y seguid adelante.
LISTAS, LISTAS Y MÁS LISTAS
Cread una primera lista con la gente imprescindible, esas personas que queréis que estén a toda costa y sin las que no imagináis vuestra celebración. Escribid sus nombres en un papel y no lo miréis en varios días. Tras un tiempo repasad la lista. Quizá había alguien a quien no habéis incluido o habéis cambiado de parecer respecto a alguna persona. Editadla. Y ahora cread otra nueva lista, ésta con amigos y familiares que no son radicalmente esenciales pero con los que os gustaría compartir ese momento. Y repetid el proceso: dejad reposar y editad. Juntad ambas listas en un documento y haceos todas las preguntas que tengáis en la cabeza: ¿nos sentiremos cómodos con todas estas personas delante en el momento de la celebración? ¿casan todos estos invitados con nuestra “boda ideal”? ¿podemos permitirnos invitar a todas estas personas? Después, seguid editando hasta que estéis completamente seguros de que esas son las personas que queréis que os acompañen el día de vuestra boda. Y recordad, guiaos siempre por vuestros deseos y necesidades y no por los temidos compromisos…
LOS COMPROMISOS
Sí, por muy independientes que seamos o por mucho que no nos importe el qué dirán, siempre habrá compromisos. Amigos de nuestros padres, compañeros de trabajo que nos invitaron a su celebración, familia lejana, etc. Pero sólo nosotros podemos poner límites a esos compromisos tratando el tema con delicadeza. Quizá a tus padres les parece esencial que sus primos terceros asistan, pero tendrán que comprender que vuestra boda es vuestra celebración, y que queréis estar cómodos y rodeados de la gente que queréis. Hacedles entender que eso no significa que no aprecies a dichos primos terceros sino que, por ejemplo, queréis una boda pequeña y es natural que vuestros amigos vayan primero.
¿Y LAS PAREJAS?
En mi opinión (ojo, mi opinión), siempre tienes que contar con las parejas de tus invitados en el cómputo inicial, incluso cuando son solteros. Estamos en la Tinder Era, amigos. Incluso si tu best friend era un soltero empedernido hace nueve meses, puede que esté completamente enamorado el día de tu boda y que quiera compartir ese momento de comunión y felicidad amiguil con su nueva pareja. A la hora de confirmar, serán ellos quienes os digan si asistirán acompañados o no.
¿Y LOS NIÑOS?
Tema delicadete donde los haya. Yo siempre he sido partidaria de que cada pareja debe decidir si quiere una boda con niños o no. Pero hay mucha, muchísima diversidad de opiniones, como podéis leer aquí. El caso es que si queréis una boda sólo adultos ¡yo os animo a ir a por ello! Habrá gente que se lo tome mejor y otros peor, pero estáis en todo vuestro derecho porque it’s your party and you cry if you want to.
En resumen. Para que nos vamos a engañar, la lista de invitados es una de las partes más engorrosas de organizar una boda. Pero también es de las más importantes porque de ello dependerá que estéis rodeados de las personas que realmente os apetece tener a vuestro lado. Y un momento así vivido entre gente bonita es algo que no olvidaréis jamás. Palabra.
P.D. ¿Y tú? ¿Tienes algún truco para crear una lista de invitados para una boda simple? ¿Nos lo cuentas?
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Fuente: este post proviene de Una Vida Simple, donde puedes consultar el contenido original.
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