Por lo tanto, las bebidas vegetales y los productos de origen vegetal que se asemejan a los alimentos lácteos no podrán denominarse como éstos, salvo las excepciones establecidas en el Reglamento 1308/2013.
El objetivo de esta sentencia, dice, es que los consumidores estén bien informados sobre los productos que están comprando.
¿Qué diferencias hay entre las bebidas vegetales y las leches?
La leche es una sustancia líquida y blanca que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos para alimentar a sus crías y que está constituida por caseína, lactosa, sales inorgánicas, glóbulos de grasa suspendidos y otras sustancias; especial importancia tiene la que producen las vacas, que sirve como alimento y de la cual se obtiene, además, queso, yogur, mantequilla y otros derivados.
La leche es un alimento con un alto valor nutritivo, siendo rica en proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, aunque no contiene fibra, hierro ni vitamina C.
Sin embargo, las bebidas vegetales son un alimento procedente de una fuente vegetal, que tiene un aspecto similar a la leche de origen animal, pero no es un producto lácteo. Se elabora a partir de ciertas variedades de frutos secos, cereales y semillas mezcladas con agua y, a veces, con otros ingredientes para mejorar su sabor y valor nutricional.
Las bebidas vegetales se caracterizan por su bajo contenido calórico y por se fáciles de asimilar y de digerir. Son ricas en grasas mono y poliinsaturadas y vitaminas del grupo B, excepto la vitamina B12, presente de forma casi exclusiva en alimentos de origen animal. Además poseen las propiedades del fruto o del cereal de cual proceden.
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