Cómo cualquier otro tipo de cera la podremos utilizar en nuestros jabones, junto con los aceites base, en un porcentaje no superior al 12%. Les aportará un extraordinario poder de acondicionado y cremosidad. Además, como el índice de yodo es tan bajo, prolongará la vida del jabón. Es ideal para pieles muy secas ya que produce jabones supergrasos.
Propiedades físicas al saponificar:
Dureza: 40.
Burbujas: 30.
Persistencia: 70.
Limpieza: 30.
Acondicionado: 80.
Yodo: 27.
INS: 83.
Propiedades cosméticas:
Protege la piel o el cabello del frío, el viento, el sol y demás agentes externos.
Es muy hidratante, ya que esa barrera protectora que forma retiene la humedad de la piel.
Repara grietas, cómo ya hemos comentado, debido a su acción calmante y suavizante. También es muy indicada para proteger el culito del bebé por el uso de pañales y evitar la irritación.
En estado refinado es hipoalergénica y por lo tanto no produce reacciones.
No enrancia y por lo tanto hace que los jabones duren más tiempo.
Se utiliza bastante en cremas ya que produce emulsiones muy estables, también en pomadas o ungüentos, sobre todo destinados a la piel seca o zonas ásperas (pies, manos, talones, etc.).
Fortalece el cabello frágil y ayuda a combatir la caspa.
Es comedogénica, por lo que no es aconsejable su uso sobre el cutis mixto o graso, ya que al entaponar los poros puede dar lugar a la aparición de espinillas o acné.
Es muy frecuente encontrarla también en los siguientes cosméticos: ceras para manejar el cabello, barras o bálsamos labiales, cremas de afeitar, pomada para las grietas en los pezones, etc.
También se utiliza como lubricante en máquinas, barnices, pinturas y para el tratamiento de tejidos, como el cuero.