Los jabones elaborados con aceite de coco saponifican muy rápido, son duros, blancos, con unas burbujas grandes y duraderas y limpian en profundidad, pero debido precisamente a ese alto poder de limpieza no es recomendable usarlo en un porcentaje mayor del 30%, para evitar resecar la piel. Cuando vayamos a añadirlo en nuestras recetas debemos vigilar que el índice de limpieza no nos quede más alto que el acondicionado, porque un exceso de este valor nos puede producir incluso irritación, para ello se puede equilibrar con otros aceites que proporcionen una limpieza baja y acondicionado alto (como el aceite de girasol) o poniendo un sobreengrasado mayor de lo habitual. Si con este sobreengrasado el yodo sube a más de 70 no olvides añadir vitamina E.
Los jabones elaborados al 100% de aceite de coco producen espuma hasta en las aguas más duras e incluso saladas (el mar). De hacerlo así sería recomendable ponerle un sobreengrasado muy alto para bajar el poder de limpieza.
Se suele recurrir al aceite de coco para elaborar jabones líquidos, ya que tiene un contenido muy alto en ácido láurico, que es muy soluble en agua y por lo tanto necesita menos cantidad para su disolución. También proporciona muy buena transparencia al jabón y por eso se incluye en la mayoría de las bases comerciales de jabón de glicerina.
Propiedades físicas al saponificar:
Dureza: 60.
Burbujas: 81.
Persistencia: 45.
Limpieza: 99.
Acondicionado: 34.
Yodo: 10.
INS: 258.
Propiedades cosméticas:
Deja la piel y el cabello suave y sedoso, es un aliado estupendo para la mayoría de tus recetas (champús, mascarillas, cremas corporales, etc.).
Su absorción es rápida y no engrasa ya que es un aceite compatible con el sebo natural de la piel, además tiene la capacidad de penetrar en las capas más internas, fortaleciéndola y nutriéndola en profundidad.
Forma una capa protectora que evita la deshidratación, por eso es muy frecuente su inclusión en protectores solares, ya que además tiene propiedades de filtro solar y evita la aparición de manchas producidas por el sol.
Es regenerador y antioxidante (evita la formación de radicales libres), por lo que retrasa los signos de envejecimiento.
Tiene la capacidad de exfoliar el cutis, ya que elimina las células muertas de la capa exterior, volviéndolo más limpio, suave y firme.
Calma las irritaciones y es recomendable para la piel sensible.
Gracias a su alto contenido en ácido láurico le aporta poder antiséptico.
Para hacer jabones se suele comercializar el aceite de coco refinado (sin olor) ya que es bastante más económico que el natural.
Si deseas saber cómo hacer aceite de coco casero lo puedes leer en el siguiente enlace: cómo hacer aceite de coco 100% natural.